Helxine soleirolii - Soleirolia

La Helxine soleirolii, también conocida como Soleirolia soleirolii, es un atractivo cubresuelos semi-perenne que se asemeja al musgo y puede reemplazar ventajosamente al césped en zonas poco transitadas, en sombra fresca, donde este último se niega a crecer. Esta vivaz semi-resistente florece en verano, de manera tan discreta que solo adorna su diminuto follaje verde intenso con un ligero reflejo rosado. Utilizable tanto en interior como en exterior, la helxine se integra bien en la decoración de un jardín japonés y adorna la base de las plantas de la veranda. Una bendición para los jardines oscuros y húmedos, y los jardines sometidos a la contaminación urbana.

La Soleirolia soleirolii, al igual que la picante ortiga, pertenece a la familia de las urticáceas. Es una planta vivaz estolonífera, con rizomas rastreros, espontánea en las islas mediterráneas (Córcega, Cerdeña, Elba, Baleares), donde puebla los lugares húmedos y sombreados, cerca de cursos de agua. Esta planta rastrera posee tallos que se enraízan en cada nudo, formando un tapiz mullido y verde brillante, muy brillante, caduco o semi-perenne, que no supera los 5 cm de altura, a veces menos cuando se encuentra en una zona moderadamente transitada. Se extiende rápidamente para formar un cubresuelos denso. Sus diminutas hojas son redondas, miden de 5 a 15 mm de largo y están dispuestas alternadamente en tallos rosados y vellosos. En verano muestra flores no más grandes que la cabeza de un alfiler, translúcidas, blancas con reflejos rosados. La planta produce flores masculinas, insignificantes, y flores femeninas rosadas, que se distinguen poniéndose a cuatro patas. La planta muere por debajo de los -10°C, y su follaje se marchita a partir de los -5°C.

Este cubresuelos muy práctico crece donde muchas otras plantas se sofocan, en sombra, en la atmósfera contaminada de las ciudades, pero en un suelo húmico y fresco. Constituye una buena alternativa al césped, soportando sin problemas el pisoteo, salvo si es demasiado intenso. Es muy utilizado en jardines de estilo japonés, donde da a las piedras redondas un aspecto musgoso. Adorna con elegancia la base de los arces japoneses y de las plantas de brezo. La Helxine también revestirá las orillas de un estanque, encontrando la atmósfera húmeda que busca. Acompaña también a las plantas de rocalla sombreadas y frescas. Sus raíces poco profundas se conforman con poco suelo, permitiéndole establecerse en el borde de un camino de grava o adoquinado, suavizando las líneas geométricas, llenando los intersticios con tierra y arena fina. También es capaz de crecer en las grietas de un muro expuesto a la sombra, en un clima muy húmedo. En la terraza, se puede combinar con fucsias o begonias. Vigilando el riego durante todo el verano, veremos cómo desarrolla largos tallos y forma cascadas de verdor que desbordan de las macetas. En casa, cubre la base de las plantas verdes o con flores. Finalmente, para alegrar la base de un muro al norte, se unirá a los bergenias, a los perce-neige y a la aspérula olorosa. Es una planta perfecta para jardineros creativos.