Pratia pedunculata

La Pratia pedunculata es una planta tapizante vivácea persistente perfectamente resistente. Su miríada de pequeñas flores estrelladas de color azul pálido tendrá el poder de iluminar y hacer vibrar su jardín, incluso en situaciones sombrías.

La pratia pedunculata pertenece a la familia de las campanuláceas, es originaria de Australia y Nueva Zelanda, donde crece en lugares húmedos y sombreados. Sin embargo, esta planta vivaz no es caprichosa, ya que se adapta perfectamente a nuestros climas más continentales: es mucho más tolerante y resistente que la helxine con la que se puede asociar, ya que acepta tanto la sombra parcial como el pleno sol, los suelos húmedos y los secos, e incluso las heladas (-10°C).

Esta planta tapizante de pequeño tamaño que no supera los 5 cm de altura le permitirá formar rápidamente un elegante tapiz floral, especialmente entre losas o pavimentos japoneses que destacarán su delicado follaje en forma de gota de agua ligeramente abigarrado y sus flores de 5 pétalos que florecen de mayo a agosto. Recomendamos plantar la pratia en otoño o primavera, asegurándose de que el suelo permanezca húmedo durante su recuperación y esté libre de malas hierbas. A veces es útil protegerla de las babosas y caracoles. Le aconsejamos combinarla en exuberantes mantos ya sea con plantas perennes de sombra para crear una escenografía contemporánea, depurada en un espíritu japonés (colas de caballo en el fondo animadas por helechos y algunos pies de epimedio mezclados con soleirolia), o con plantas perennes de pleno sol para animar y vestir un pasillo de jardín inglés, más salvaje y romántico (en crescendo: rosal silvestre, trepador iceberg o sombreuil sobre tutores de castaño, seguido de mechones de gramíneas salpicados de escabiosa, salvia y equinácea vestidos con algunos pies de erigerones).