Sesleria nitida

La Sesleria nitida es cercana a la Sesleria caerulea o Flecha de cupido azul, de la cual se diferencia por un desarrollo más importante y un follaje más ancho, con un bello tono aún más azulado. Esta hermosa gramínea de tamaño mediano, igualmente resistente y adaptada a condiciones difíciles, es valiosa para el diseño de lugares un poco áridos o en un jardín seco y pedregoso. Formando un hermoso mechón denso de un hermoso gris-azul que se anima desde finales de primavera con pequeñas inflorescencias en pinceles blanquecinos, esta vivaz es atractiva durante todo el año. Encantadora, también resulta muy útil para estructurar un espacio natural o un jardín de estilo contemporáneo.

La Sesleria nitida es una gramínea vivaz de mata densa y no invasiva perteneciente a la familia de las poáceas. En la naturaleza, se encuentra en los céspedes secos, en los bosques, creciendo entre los derrumbes rocosos, en altitud, en suelos calizos y pobres en nitrógeno. Su área de distribución corresponde a los pisos alpinos y subalpinos de Italia. La planta forma un mechón espeso, denso y un poco erizado de follaje lineal y suave al tacto, de 70 cm de altura en floración y 50 cm de ancho, dependiendo de las condiciones de cultivo y de la riqueza del suelo que la acoge. Sus hojas, de 5 a 7 mm de ancho y de 15 a 45 cm de largo, presentan un color gris-verde a gris azul claro, que le confiere a la planta a lo lejos un suave tono glauco. Se secan parcialmente antes del invierno, pero se renuevan continuamente. Estrechas espigas florales bastante cortas, que parecen estar adornadas con pinceles de un blanco verdoso, suelen aparecer generalmente en primavera y se vuelven negruzcas en la madurez.

La Flecha de cupido no es una gramínea espectacular, pero ofrece en invierno la permanencia de su follaje azulado y en primavera el encanto campestre de su curiosa floración. Es a la vez muy adaptable y no invasiva, disfrutando tanto en el norte como en el sur de Francia, en llanuras como en montañas, en zonas costeras o en terrenos pedregosos. Es hermosa en compañía de vivaces como lavandas, Flechas de cupido, coréopsis, Asters de otoño, equináceas, pequeños Helianthus y muchas otras vivaces más. Forma bonitos bordillos a lo largo de los pasillos en una decoración depurada. En un jardín natural, se puede plantar en masa, junto a Stipa, para cubrir eficazmente el suelo y dejar que el viento forme ondulaciones rubias y azules.