Trifolium repens Pentaphyllum - Trébol blanco

El Trifolium repens 'Pentaphyllum', es una variedad de trébol. Se distingue por un follaje púrpura-violáceo a veces con matices negros, regularmente bordeado de verde, especialmente ornamental. Esta planta vivaz es muy resistente, fácil de cultivar en suelos frescos, y forma rápidamente un hermoso tapiz, a veces un poco sofocante para sus vecinas más delicadas. Florece brevemente en verano, en forma de espigas ovoides blancas-verdosas. Cómodo en casi todos nuestros climas, este trébol muy original es ideal para la ornamentación de bordillos y taludes un poco salvajes, ya que controla las malas hierbas. Su uso también es muy interesante en macetas con flores.

Los tréboles pertenecen a la gran familia de las fabáceas. El género Trifolium cuenta con cerca de 200 especies presentes en todos los continentes, con excepción de Australia. T. repens es originario y se encuentra extendido por toda Europa, pero también en América del Norte, a excepción de las zonas boreales. Esta vivaz se adapta a todo tipo de suelos, incluso calcáreos y arcillosos. La forma 'Pentaphyllum' difiere de la especie por el color púrpura de su follaje. La planta forma un tapiz muy denso y expansivo, de 10 a 20 cm de altura que se ensancha con el tiempo a través de tallos rastreros que enraízan en los nudos. La floración, bastante discreta, ocurre en junio-julio. Las pequeñas flores agradablemente perfumadas, de un blanco verdoso, a veces rosadas, de 1 cm de longitud, están erguidas y agrupadas en cabezas al principio globulosas, luego ovales, en la punta de tallos florales que sobresalen ligeramente del follaje. Este, más o menos persistente, está compuesto por hojas divididas en 4 folíolos enteros, redondeados, con margen dentado, de color púrpura con un borde verde claro. El fruto, una vaina, contiene semillas que se siembran fácilmente en suelos ligeros.

El Trifolium repens 'Pentaphyllum' es una planta vivaz muy fácil de cultivar en nuestros climas y sin mantenimiento. Su encanto natural es maravilloso en los bordillos y macizos campestres, y resulta muy útil para reducir el mantenimiento debajo de los macizos de arbustos no muy densos, resaltar un pasillo o cubrir un talud un poco descuidado. Sin embargo, se debe tener cuidado de no asociarlo con pequeñas vivaces frágiles o poco vigorosas, como algunas plantas alpinas que sofocaría. Es valioso para las abejas y contribuye a enriquecer el suelo en el que se planta. También puede reemplazar ventajosamente al césped en áreas no muy transitadas. Se puede colocar perfectamente en macetas con flores, para acompañar a anuales o vivaces vigorosas como ipomeas de follaje colorido, tradescantias, geranios o petunias.