Acanto - Acanthus sennii

El Acanto espinoso es un acanto espectacular que deleitará a los amantes de las curiosidades vegetales. Arbustivo y persistente en sus tierras de origen, esta especie botánica suele comportarse en nuestro entorno como una planta vivaz, brotando cada primavera desde la raíz. En tallos oscuros, lleva un follaje de cardo, muy recortado, puntiagudo, brillante, con vetas plateadas, y se adorna a finales de verano o en otoño con espigas de flores de un rojo brillante. Extremadamente gráfica, sorprendente, encontrará su lugar en un gran macizo exótico o mediterráneo, en terreno abierto en nuestras regiones templadas. Los coleccionistas de plantas raras también pueden adoptarla en una maceta grande, lo que permite guardarla en invierno. Con toda su presencia y originalidad, esta planta poco conocida por los jardineros franceses está causando sensación al otro lado del canal: merece sin duda ser descubierta y probada en nuestros jardines.

El Acanto espinoso es un pariente africano del Acanthus mollis, mediterráneo, perteneciente a la misma familia de las Acanthaceae. Proviene de las tierras altas de Etiopía, donde crece entre 1700 y 3200m de altitud. Allí, esta planta espinosa que puede formar un arbusto frondoso que supera los 2 m de altura, se utiliza a menudo en setos para proteger los huertos. En nuestras latitudes, su vegetación suele ser destruida por las heladas, pero la raíz, bien protegida e instalada en un suelo muy drenado, parece capaz de sobrevivir a nuestros inviernos en la zona 8b, según algunos jardineros. Es decir, a heladas muy breves del orden de -6°C/-8°C.

Es una planta herbácea que puede volverse leñosa en climas suaves. Este acanto, que se desarrolla a partir de una raíz vivaz, tiene tallos sólidos, ramificados, de color negro violáceo. El conjunto de la vegetación forma un arbusto que alcanzará, según la suavidad del clima, de 1 a 2,50 m de altura por 60 cm a 1,20 m de envergadura. Los tallos llevan grandes hojas que recuerdan a las del acebo o de algunos cardos. Gruesas, coriáceas, brillantes, están fuertemente recortadas en el borde, cada diente prolongado por una espina feroz. Su color es un verde más o menos grisáceo, recorridas por venas plateadas. Cuanto más crece la planta en un suelo seco, más se tiñe el follaje de plateado. Las hojas jóvenes son menos espinosas y tienen un suave color rosa grisáceo bordeado de violáceo; las hojas adultas a menudo se cierran alrededor de estas hojas jóvenes para protegerlas del sol. La floración suele ocurrir en septiembre-octubre, a veces ya en agosto en regiones cálidas, a veces a finales de otoño en climas más frescos. Parece que se produce en plantas que alcanzan al menos 1,2 m de altura. En los extremos de los tallos se desarrollan inflorescencias en espigas, típicas de los acantos. Estas espigas reúnen grandes flores de 8-10 cm de longitud, bilabiadas, con un lóbulo inferior muy desarrollado, de color rojo carmesí. Cada flor está coronada por una bráctea espinosa. Los acantos atraen a grandes insectos polinizadores, como abejorros o abejas carpinteras. Los frutos son cápsulas brillantes que contienen grandes semillas. El follaje desaparece por completo por debajo de -5°C: es entonces el momento de podar la planta y proteger su raíz. La vegetación volverá vigorosamente en primavera. Esta planta muy sobria y frugal necesita un poco de agua durante la floración.

El Acanto espinoso no carece ni de carácter ni de encanto, es una planta realmente hermosa que no puede dejar indiferente. En terreno abierto en clima suave, es capaz de formar un hermoso arbusto que se puede exponer de forma aislada o colocar en un seto defensivo o incluso en un macizo exótico. También es posible cultivarla en maceta, pero se deben tener algunas precauciones durante la manipulación, debido a su vegetación espinosa. En un jardín seco, es una vivaz robusta que se combina bien con las floraciones azules y tardías de Caryopteris, Ceratostigma griffithii o Perowskia 'Blue Spire'. También se mezcla bien con grandes euforbias (Euphorbia mellifera o dendroides), con la Centaurea pulcherrima, el Lobelia tupa, entre otros.