Acanto espinoso - Acanthus spinosus

El Acanto espinoso, también conocido como Acanthe épineuse, es una planta vivácea majestuosa, de gran valor ornamental. Esta especie desarrolla grandes hojas claramente espinosas, pero muy decorativas, fuertemente recortadas, de un verde oscuro brillante. Ofrece una floración estival en espigas espectaculares, adornadas con flores blancas y brácteas rosadas también espinosas. Moderadamente resistente, es una planta de terrenos secos y soleados, que se adapta a cualquier suelo drenado, incluso arcilloso o pedregoso. Es ideal para aportar volumen y una fuerte personalidad a los macizos de plantas perennes o anuales coloridas.

El Acanto espinoso es una planta vivaz herbácea de la familia de las acantáceas, originaria del sur de Grecia y Turquía. Crece de forma espontánea en Corinto, en su estado natural. Este hecho sugiere que es esta planta, y no su prima la Acanthe mollis, la que originó el famoso motivo que decora los capiteles corintios*. Este acanto espinoso forma una mata densa y frondosa de follaje verde oscuro y brillante de 70 cm de altura por 80 cm de envergadura. Sus hojas dispuestas en ramillete son largas, profundamente recortadas hasta las venas centrales. Cada lóbulo afilado termina en una larga aguja, lo que le confiere un aspecto similar a un gran cardo verde oscuro. En junio-julio-agosto aparecen grandes espigas florales llevadas a 1 m sobre el suelo. Estas espigas de 50 a 60 cm de longitud reúnen grandes flores, bilabiadas y arrugadas, de color blanco puro. Cada flor está coronada por una bráctea espinosa de color rosa violáceo apagado, que le da un aspecto bicolor a la inflorescencia. La floración atrae a grandes insectos polinizadores, como abejorros o abejas carpinteras. Los frutos son cápsulas brillantes que contienen grandes semillas. El follaje desaparece por completo después de la floración, reaparece en otoño y permanece persistente durante todo el invierno si no es demasiado severo. Esta planta se propaga a partir de un tocón provisto de gruesas raíces carnosas, capaces de almacenar agua y reservas de alimento en épocas de sequía.

El acanto espinoso no es la especie más resistente del género y debe protegerse en invierno en climas fríos. Es fácil de cultivar y muy resistente a la sequía. Esta planta realmente magnífica no puede dejar indiferente. En un jardín seco, es una vivaz robusta y fiable que combina bien con las floraciones azules de Caryopteris, Ceratostigma griffithii, Perowskia 'Blue Spire', o Lobelia laxiflora y Epilobium canum en tonos cálidos. Es ideal para aportar verticalidad y volumen a los macizos de plantas perennes en todas las regiones. También es una hermosa planta focal colocada en un escenario natural o en una gran maceta en la terraza. El Acanto espinoso, al igual que sus parientes, muestra cierta atracción por los pedregales que se encuentran al pie de las ruinas, a las que aporta un encanto único. Puede naturalizarse en jardines antiguos, formando grandes colonias si se encuentra a gusto.

*Desde la Antigua Grecia, el acanto está presente en la arquitectura desde la "Canasta de Calímaco" (un escultor del siglo V a.C.) que figura en los capiteles corintios. Según Vitruvio, esta obra estaría inspirada en un acanto que habría crecido envolviendo una canasta depositada en la tumba de un niño, según exigía la tradición.