Aconitum cammarum Eleonora

El Aconitum 'Eleonora' es un aconito híbrido de porte erguido y compacto, dotado de una encantadora y larga floración estival blanca sutilmente matizada de azul. Esta variedad, rara y elegante, produce espigas que se curvan ligeramente bajo el peso de flores bien escalonadas, en forma de casco antiguo, dominando un mechón de densas hojas lustrosas muy bellamente palmeadas. Anfitrión privilegiado de suelos frescos a húmedos y ricos, esta vivaz es una hermosa planta para los macizos suavemente soleados, de media sombra o incluso de sombra no muy densa.

El Aconitum (x) cammarum Eleonora es una variedad hortícola, pertenece como todos los aconitos a la familia de las Ranunculáceas. La planta en flor mide aproximadamente 60 cm de altura, por 30 a 40 cm de ancho. Esta vivaz caduca, muy resistente al frío, emerge del suelo en primavera y desaparece bajo tierra en invierno. La floración de esta variedad, abundante, comienza en junio, y se renueva hasta agosto. De mechones de hojas emergen numerosos bohordos florales ramificados, verticales, de color verde. Sus flores alargadas, en forma de casco, están compuestas por una corola blanco roto bordeada de azul-malva suave, revelando una garganta amarilla pálida. Esta planta se desarrolla a partir de un tocón carnoso a tuberoso de donde emerge en primavera un mechón erguido formado por tallos poco vellosos, adornados de hojas coriáceas, palmeadas, cortadas en lóbulos fuertemente recortados en el borde. Están profundamente acanaladas, de un verde franco ligeramente lustroso. Todas las partes de esta vivaz son muy tóxicas.

Los aconitos sufren de una mala reputación en el jardín, debido a su toxicidad legendaria, y es realmente lamentable porque estos habitantes de los pequeños jardines amurallados tienen su lugar en todos los jardines, en suelos frescos. Son robustos, muy resistentes, y su follaje se cuenta entre los más bellos entre las plantas vivaces. Sin mencionar su floración brillante, que va desde casi blanco hasta azul genciana. Son perfectos en macizos, en compañía de los delphiniums, asters, ligulares y de los rodgersias, por ejemplo. Se pueden plantar entre arbustos, con anémonas del Japón, en particular esta variedad Eleonora que aprecia la sombra ligera. Son buenas vivaces, al igual que las digitales, para los bosques claros y frescos. Por último, sus flores son magníficas en ramos.