Aconitum carmichaelii Royal Flush

El Acónito 'Royal Flush' (Aconitum carmichaelii) es verdaderamente real, una planta impresionante por su estatura, floración tardía, masiva y prolongada, y su hermoso follaje palmeado, bellamente coloreado de rojo bronce en primavera. Sus tallos florales altivos, teñidos de rojo, están cargados de grandes flores de un azul violeta intenso cuya forma recuerda a un casco antiguo. Esta floración se eleva sobre un manojo de hojas brillantes y finamente cortadas, decorativas incluso fuera de la floración. Huésped privilegiado de suelos frescos a húmedos y ricos, esta vivaz es una belleza para los macizos ligeramente soleados o de media sombra.

El Acónito Royal Flush es una variedad hortícola de Darwin Perennials derivada del Acónito de Carmichael. Al igual que todos los aconitos, pertenece a la familia de las Ranunculáceas. La planta en flor mide entre 80 cm y 1.20 m de altura, por 40 cm de ancho. Esta vivaz caduca, muy resistente al frío, emerge del suelo en primavera y desaparece bajo tierra en invierno. La floración de esta variedad, tardía, tiene lugar entre agosto y octubre. De las matas de hojas emergen numerosos tallos florales ramificados, verticales, gruesos, de color rojizo. Sus flores alargadas, en forma de casco, están compuestas de pétalos de un azul violáceo intenso, revelando una garganta negra. Esta planta se desarrolla a partir de un tocón carnoso a tuberoso del que emerge en primavera un manojo erguido formado por tallos con hojas coriáceas, palmeadas, cortadas en lóbulos estrechos. Están profundamente nervadas, su color va desde el rojo bronce más o menos oscuro al verde oscuro ligeramente brillante. Todas las partes de esta vivaz son altamente tóxicas.

Los aconitos sufren de una mala reputación en el jardín, debido a su toxicidad legendaria. Y es realmente lamentable, ya que estos asiduos de los pequeños jardines amurallados tienen su lugar en todos los macizos, en suelos frescos. Son robustos, muy resistentes, y su follaje se cuenta entre los más bellos entre las plantas vivaces. Sin mencionar su floración brillante, que va desde casi blanco hasta azul genciana pasando por amarillo suave. Son perfectos junto a los delphiniums, asters, ligularias y las rodgersias por ejemplo. Se pueden plantar entre arbustos, con anémonas del Japón por ejemplo. Son buenas vivaces, al igual que las digitales, para los bosques claros y frescos. Por último, sus flores son magníficas en ramos.