Aquilegia caerulea Snow Queen

La Aquilegia caerulea 'Snow Queen' es una forma blanca de la Aguileña azul (cérula) cuyas flores son una pequeña maravilla de elegancia natural. Simple pero una de las más bellas, esta especie de montaña muestra un carácter muy resistente, un porte tupido y ofrece una larga floración a partir de la primavera. Planta vivaz de corta vida, esta aquilegia se auto siembra fácilmente. Es una planta a veces un poco delicada de cultivar en suelos pesados, pero que vale la pena el cuidado que le dediques.

La Aguileña azul (en latín Aquilegia caerulea) es una planta vivaz de la familia de las ranunculáceas, originaria de América del Norte y emblema del Estado de Colorado. Crece específicamente en las zonas montañosas del sur de Montana hasta Nuevo México y desde el oeste de Idaho y Arizona, de este a oeste. Esta planta herbácea muestra un porte erguido, bien vertical. Mide de 20 a 60 cm de altura. A finales de primavera y principios de verano, de mayo a principios de julio, aparecen grandes flores blancas erguidas hacia el cielo o ligeramente inclinadas, de 6 a 10 cm de diámetro, agrupadas de 2 a 3. Cada flor tiene 5 sépalos planos rodeando 5 pétalos, en la base de los cuales 5 espolones curvados apuntan hacia arriba. Entre los pétalos, se pueden ver largos estambres de color amarillo dorado. A veces se puede observar una segunda floración en otoño. La follaje, caduco, desaparece en invierno. De color verde azulado, es bastante decorativo, el recorte de las hojas basales da una impresión de ligereza. La floración alcanza su apogeo después de 2 o 3 años de cultivo. Esta planta no vive mucho tiempo (su duración es de alrededor de 3 a 4 años), pero se auto siembra bastante fácilmente en el jardín.

Ya se cultivaban zapaticos de la Virgen en los parterres de la Edad Media, y los pequeños jardines amurallados han perpetuado la tradición. Poco voluminosas y discretas, son imprescindibles en los mixed-borders, donde aportarán ligereza y fantasía. Se pueden instalar en numerosos lugares del jardín, cuidando de dejar un espacio de 30 cm alrededor de cada planta: en medio de un macizo de vivaces, en un bordillo, al pie de arbustos, en el borde del bosque, en un talud. La Aguileña blanca es magnífica en las rocallas frescas. No dudes en cortarlas apenas abiertas para hacer magníficos ramos. En los parterres, en un espíritu de 'pequeño jardín amurallado', se pueden asociar con todo tipo de vivaces, como las Digitales, Corazones de María o las Campanillas de hojas de melocotonero.