Aquilegia vulgaris William Guiness

Planta vivaz realmente fácil, muy resistente, presente en casi todos los jardines, la Colombine común encanta por su elegancia, gracia, rica paleta de colores y sus flores tan originales en forma! William Guiness es una asombrosa variedad, con flores púrpura negruzcas y corola blanca. ¡Un colorido muy sorprendente para una Colombine extremadamente gráfica, casi negra y blanca! ¡Hará sensación en un jardín de aspecto contemporáneo!

La Aquilegia vulgaris, también conocida como Campanilla, Aiglentina, Aguileña, o Zapaticos de la Virgen, es originaria del hemisferio norte y pertenece a la familia de las Ranunculáceas. Planta vivaz herbácea muy resistente, la Colombine William Guiness forma un macollamiento erguido de 50 cm de ancho, muy frondoso, del cual se elevan largos bohordos florales ramificados hacia arriba. Su follaje caduco, verde claro, ligeramente moteado, es ligero, delicado y muy decorativo. Con un largo cuello, las hojas basales, muy recortadas, llevan cada una tres folíolos crenulados. En cambio, en la parte superior de los tallos, las hojas son simples y sésiles. De mayo a junio, se levantan, hasta 60 cm, e incluso más, sólidos tallos ramificados, en cuyo extremo se balancean delicadas y encantadoras flores simples. Estas se componen de una corola con 5 sépalos, provistos de cortos espolones corneos, 5 sépalos lanceolados y numerosos estambres. Estas flores con sépalos violeta muy oscuro, casi negro, y corola blanca con corazón púrpura negruzco, ofrecen un sorprendente contraste de colores, ideal en un jardín gráfico en blanco y negro, muy contemporáneo.

Las Colombine contienen sustancias tóxicas, especialmente las semillas, y la savia puede causar quemaduras al contacto con la piel.

Las Zapaticos de la Virgen, muy adaptables, de cultivo realmente fácil y de una rusticidad a toda prueba, se desarrollan en sol no ardiente o en media sombra, en un suelo ligero, húmedo y fresco, incluso calcáreos. Ya se cultivaba la Aguileña en los parterres de la Edad Media, y los pequeños jardínes amurallados han perpetuado la tradición. Poco voluminosa y discreta, es una planta ornamental imprescindible en los bordillos mixtos, donde su delicado y muy decorativo follaje y su graciosa floración aportarán ligereza y fantasía. Las Aiglantinas pueden ser colocadas en muchos lugares del jardín, cuidando de dejar un espacio de 20 cm alrededor de su base: en medio de un macizo de vivaces, en un bordillo, al pie de arbustos, en el borde del bosque, en un talud. Serán magníficas plantadas en grupos para obtener un bonito macollamiento denso. Son excelentes flores para cortar, recogidas apenas abiertas, para magníficos ramos campestres. En los parterres, se puede asociar esta Aguileña William Guiness con vivaces bajas y vivaces de follaje decorativo como los Hostas, con vivaces altas como las Digitales, Corazones de María, Campanillas de hojas de melocotón, una juliana doble y algunas violetas cornudas.

La Aiglentina se resiembra muy fácilmente en el jardín, se puede dejar algunas hampas florales después de la floración para que produzcan semillas. Pero se recomienda conservar solo los tallos de las plantas más vigorosas ya que esta operación agota la planta y disminuye su longevidad, que es bastante corta (3 a 4 años) para una vivaz. También es posible que las Colombine de jardín se hibriden entre sí, obteniendo así nuevos colores sorprendentes, ¡y por qué no una nueva variedad!