Aloe perfoliata

El Aloe perfoliata, anteriormente conocido como Aloe mitriformis, forma con el tiempo tapices de rosetas bellamente coloreadas en las rocallas secas sometidas a una intensa exposición al sol. Esta planta suculenta perenne desarrolla tallos que se inclinan bajo el peso de las rosetas y enraízan de lugar en lugar. Estas rosetas presentan hojas carnosas y triangulares bordeadas de pequeños dientes blancos no punzantes. Se adornan con tonos cálidos y suaves y se animan a finales de primavera o principios de verano con inflorescencias en forma de sombrilla, de color rojo carmesí, muy nectaríferas. Este aloe se desarrolla plenamente bajo el sol directo, ya sea en un jardín mediterráneo o en una maceta grande en la terraza.

El Aloe perfoliata es una especie botánica de la familia de las Aloáceas, nativa del Sudoeste de Sudáfrica (Cabo Occidental), donde crece en zonas costeras rocosas y montañosas. Su resistencia al frío se estima en -5 o -6°C en punta en un suelo seco. Es una planta suculenta perenne de tamaño modesto, de porte postrado, que alcanza una altura de 30 a 40 cm, pero capaz de extenderse sobre 1.5 a 2 m². Cada roseta de hojas se alarga rápidamente para formar un tallo foliado que se inclina y se arrastra bajo su propio peso. Cada roseta, erguida hacia el cielo, está compuesta por hojas delgadas, triangulares, ligeramente curvadas, puntiagudas, de color verde azulado a verde oscuro. Bajo la acción del sol y la sequedad, el borde de las hojas, así como su reverso, se tiñen de tonos ladrillo, rosados a rojos, e incluso de tonos morados. Las hojas al final de su vida se secan y forman alrededor del tallo rastrero una gruesa vaina. La floración, muy visitada por insectos polinizadores, tiene lugar en verano, de junio a agosto. La inflorescencia ramificada, de 40 a 60 cm de altura, emerge del corazón de la roseta. Adopta la forma de un ramillete de largas flores tubulares rojo carmesí dispuestas en paraguas. El tallo floral se desplaza del corazón con la aparición de nuevas hojas.

Resistente a la salinidad y a la sequía, el Aloe perfoliata se cultiva tanto en maceta para decorar la terraza o el balcón, como en suelo, en una rocalla o en una ladera seca. En un clima mediterráneo no demasiado duro, o en las costas protegidas del Atlántico, se puede aclimatar en suelo. Embellecerá un terreno inclinado o rocoso bien drenado, o incluso la parte superior de un muro de piedra seca. En otros lugares, se puede colocar en una maceta más ancha que alta para disfrutar de su encanto tan particular. Por ejemplo, se puede asociar con pequeños magueyes, Echeverias y Delosperma en una colección de plantas en macetas. Se pueden plantar a sus pies plantas cubresuelos de la misma naturaleza frugal: Oenothera del Missouri, Osteospermums, Felicia que llenarán el espacio con su floración y follaje persistente y ocultarán el vacío dejado por una planta muerta.

Sobre los Magueyes y Aloes:

Los aloes y los magueyes se parecen, pero pertenecen a dos familias botánicas diferentes, las Aloáceas y las Agaváceas. La diferencia principal radica en que las rosetas de los aloes florecen durante muchos años mientras que la floración de una roseta madura de maguey marca el final de su vida. En algunas especies de Aloes, los brotes interfoliares dan origen a nuevas plantas que cubren los restos secos de la planta madre. En los magueyes, el tallo floral central se desarrolla a partir del brote terminal. En los aloes, los botones florales nacen entre las hojas. Los magueyes son nativos de América del Norte, mientras que los aloes se encuentran solo en la mitad sur de África, así como en las islas cercanas al Océano Índico.