Aloe polyphylla - Aloe espiral

El Aloe polyphylla, también conocido como Aloe espiral, es una curiosidad de la naturaleza,  una planta suculenta rara, de singular belleza y geometría perfecta.  Esta especie botánica forma una roseta compuesta por una multitud de hojas carnosas y puntiagudas de color gris verdoso, que se disponen en espiral con el paso del tiempo. Su floración estival en tonos coral se produce en verano, añadiendo aún más a su encanto exótico. Relativamente resistente, hasta -8 a -10°C, y no teme a la nieve. Su cultivo, un tanto delicado, parece mejor comprendido en la actualidad. Se destaca que crece al sol, en un suelo fértil predominantemente arenoso, y requiere veranos frescos y húmedos así como inviernos secos. ¡Condiciones muy fáciles de reunir cuando la planta se cultiva en macetas!

El Aloe polyphylla es una especie botánica de la familia de las Asphodeláceas, originaria de las montañas del centro de Sudáfrica, específicamente de Lesoto y regiones cercanas. Lamentablemente, se ha vuelto rara en su país de origen. Es una planta suculenta perenne de pequeño tamaño, compacta, con porte en roseta más ancho que alto, alcanzando en su entorno natural hasta 1 m de diámetro. En cultivo en nuestros climas, rara vez superará los 30 cm de altura para el follaje, 45 a 50 cm en flor, con un diámetro de aproximadamente 40 cm. Su crecimiento es bastante rápido, alcanzando su tamaño adulto en 5 o 6 años. Sus hojas son gruesas y anchas en la base, se adelgazan rápidamente en punta, y terminan con una espina negra. Las hojas están bordeadas por algunas espinas blancas y su lámina es de color gris verdoso ligeramente azulado. Una planta adulta llevará hasta 150 hojas que se organizan en una espiral perfecta en 5 filas. En junio-julio surge del centro de las rosetas maduras un tallo floral corto y rechoncho, dividido en 4 o 5 espigas de flores tubulares colgantes en tonos de coral, naranja a rojo. Esta especie, que no produce rosetas hijas, se reproduce solo por polinización cruzada, entre dos individuos diferentes. En su país de origen, esto se logra gracias a un ave, manualmente en nuestras latitudes. Las semillas son negras, muy duras, de textura color pergamino.

El Aloe polyphylla se cultiva muy bien en maceta para decorar la terraza o el balcón, pero también en suelo en clima mediterráneo o en las costas protegidas del Atlántico, en un macizo, en una rocalla o en un talud bien drenado, ya que es resistente a aproximadamente -8°C. Constituirá  una pieza rara en una colección de plantas suculentas, y será el orgullo del jardinero que domina su cultivo. Plante este aloe en una maceta más ancha que alta para disfrutar de su encanto tan particular. Puede plantar a sus pies plantas cubresuelos de la misma naturaleza frugal: Osteospermums, Felicia, garras de bruja que llenarán el espacio con su floración y follaje persistente.

Sobre Agaves y Aloes:

Los aloes y los agaves se parecen pero pertenecen a dos familias botánicas diferentes. Lo que los distingue principalmente es que las rosetas de los aloes florecen durante muchos años mientras que la floración de una roseta madura de agave marca el final de su vida. En algunas especies de Aloes, los brotes interfoliares dan origen a nuevas plantas que cubren los restos secos de la planta madre. En los agaves, el tallo floral central se desarrolla a partir del brote terminal. En los aloes, los botones florales nacen entre las hojas. Los agaves son nativos de América del Norte, mientras que los aloes se encuentran solo en la mitad sur de África, así como en las islas cercanas al Océano Índico.