Conjunto de 3 amapolas de Oriente Victoria Louise, Perry's White, Patty's Plum

Esta colección de 3 amapolas orientales florece de junio a julio en tonos de blanco, rosa y malva. Las grandes flores con pétalos de seda arrugados y tonos acuarelados, resaltados por hermosas manchas oscuras en la base, se encuentran en tallos de casi un metro de altura, dominando con todo su encanto un follaje exuberante y un tanto desordenado que se destaca en los macizos. Habitual de los jardines de cura, la amapola oriental es una vivaz rústica y muy fácil de cultivar en todo tipo de buenas tierras profundas, a pleno sol.

La colección está compuesta por:

- 1 amapola Victoria Louise, una de las más espectaculares: sus flores llevadas por tallos de 90 cm son muy grandes, de 15 a 20 cm de diámetro, infinitamente luminosas, de un encantador rosa salmón, resaltado por un corazón de estambres casi azules y hermosas manchas negro-violáceas en la base de los pétalos.

- 1 amapola Perry's white: una gran y magnífica variedad de 90 cm de altura en flor, con flores blancas de 10-15 cm de diámetro, sombreadas de rosa, adornadas con hermosas manchas centrales casi negras, con un corazón teñido de rosa y vino tinto.

- 1 amapola Patty's Plum: 70 cm de altura en flor, con hermosas flores de 10 cm de diámetro, de un suave rosa violáceo teñido de ciruela pálida con reflejos grises, con manchas marrón-púrpura.

La Papaver orientale, también conocida como Amapola oriental, es una vivaz herbácea de la familia de las papaveráceas, originaria de Asia. Esta planta tiene tallos robustos y peludos de 70 a 90 cm de altura según las variedades. Forma un mechón frondoso que se va expandiendo con los años. Sus amplias hojas rugosas, fuertemente recortadas y peludas, tienen un reflejo gris-azulado o plateado muy decorativo. Las raíces carnosas y profundas de la amapola oriental no toleran bien la trasplantación, especialmente en plantas adultas.

Las amapolas orientales son excelentes plantas vivaces para macizos. Detrás de sus grandes flores con pétalos arrugados se esconde una planta muy resistente capaz de vivir en suelos pobres, pedregosos y secos en verano. Tras una abundante floración a finales de primavera, la amapola se seca, primero los tallos florales, que se pueden utilizar en ramos secos, luego las hojas. Desaparece por completo para entrar en dormancia en pleno verano y vuelve a florecer en otoño tan pronto como las temperaturas se vuelven más suaves. Solo teme una cosa, la humedad invernal; en suelos pesados, la solución consiste en reemplazar la tierra arcillosa por arena pura en el hoyo de plantación.

Las amapolas orientales se sienten igual de cómodas en macizos sofisticados que en jardines de cura o composiciones campestres. Su follaje peludo y un tanto desordenado forma un mechón frondoso y peludo que destaca en los macizos. Combínelas con artemisa blanca, lavandas, ásteres, margaritas, grandes cardos y menta de gato con flores ligeras. También se mezclan maravillosamente con las sedum de otoño cuyo follaje se desarrolla durante el verano, las nigelas de Damasco y los cosmos para una atmósfera estival de colores suaves. En cualquier caso, acompáñelas de plantas perennes, ya que llenarán el espacio vacío después de la floración.