Androsace septentrionalis Star Dust

La Androsela septentrionalis 'Star Dust' es una pequeña planta vivácea alpina, que ofrece de mayo a junio constelaciones de pequeñas flores blancas en umbelas, llevadas por finos tallos erectos. Su follaje en roseta basal es lanceolado y dentado. Esta encantadora vivaz montañesa tiene el don de vestir las piedras y ocupar las mínimas grietas llenas de tierra desatendidas por otras plantas, pero es un poco delicada de cultivar. Se lucirá en las rocallas alpinas, en los muros de piedra seca, en un suelo rigurosamente drenado que no se seque demasiado. Si las condiciones le son favorables, se auto-sembrará fácilmente.

La Androsela septentrionalis, también conocida como Androsela del Norte, pertenece a la familia de las primuláceas, es prima de las primaveras. Es originaria de los Alpes, donde se encuentra entre 1000 y 2000 m de altitud, en las laderas herbosas, pedregales y rocas. Esta planta vivaz es perenne, persiste a lo largo de todo el año, incluso en invierno.

'Star Dust' es una bonita variedad que forma un pequeño mechón erguido, no superando los 25 cm de altura por 20 cm de envergadura. Las hojas, lanceoladas y dentadas, son simples y se agrupan en rosetas basales. Son de un verde oscuro y están cubiertas por un fino vello blanquecino. Las pequeñas flores se abren en mayo-junio, reunidas en pequeñas umbelas y llevadas por encima del follaje por tallos verdes vellosos. Cada una cuenta con 5 pétalos blancos bien distribuidos alrededor de un ojo amarillo que cambia lentamente a rojo. 

De cultivo bastante sencillo en clima montañoso, esta androsela requiere un suelo rocoso o pedregoso, justo fresco a ocasionalmente seco. No tolera ni climas cálidos, ni climas poco contrastados, ni tierras pesadas, ni situaciones áridas. Encuentra su lugar en un macizo elevado, en una rocalla, encima de un murete o en una ladera de gravilla acondicionada especialmente para ella. Se puede asociar con pequeñas plantas sobrias y frugales como ella, que no correrán el riesgo de sofocarla: elija, por ejemplo, saxífragas, gencianas o incluso la Flor de las nieves que aprecian los mismos ambientes. Esta planta hará feliz a un amante de las plantas alpinas.