Anemone Honorine Jobert

La Anémona del Japón Honorine Jobert es... una maravilla. Esta antigua variedad descubierta en un jardín de Verdún por un tal Sr. Jobert entre 1858 y 1860 es de una vigorosidad y floribundidad excepcionales. Este amante de las bellas plantas le dio el nombre de su hija a esta anémona exuberante y candorosa, de gran tamaño, que produce flores simples muy hermosas, en amplias copas de un blanco brillante realzadas por una corona de largos estambres amarillos. De una simplicidad perfecta, esta floración desenfrenada emerge de una planta particularmente prolífica y sólida, cuyo desarrollo a veces habrá que controlar. 

La anémona del Japón 'Honorine Jobert' es una planta vivaz perteneciente a la familia de las ranunculáceas, que lleva más de 150 años en nuestros jardines desempeñando su papel de cultivar excepcional. Alcanzará 1m20 a 1m80 de altura según la riqueza del suelo que la acoge, con un diámetro de 60 cm. Como otras anémonas del Japón, es una planta vivaz con "tubérculos" fibrosos que forman amplios y vigorosos macollamientos redondeados, que con el tiempo pueden ocupar una gran superficie en el suelo. El follaje es caduco a semipersistente según el clima, recortado, verde oscuro, fuertemente acanalado en el reverso, y más o menos pubescente, muy peludo cuando se despliega. La floración se produce de agosto a octubre, siendo particularmente abundante. Las flores son solitarias, anchas de 7 cm, llevadas por tallos sólidos, bien rectos. Se presentan primero en forma de deliciosos botones ovales y peludos, luego se abren en copas abiertas de 11 tépalos blanco puro, con reverso rosado. Rodean un amplio corazón amarillo oro, densamente poblado de estambres. Las anémonas del Japón pueden vivir una decena de años en el mismo lugar.

La belleza de esta anémona Honorine Jobert le otorga un lugar en cualquier parte, desde el jardín blanco hasta el jardín de cura, a media sombra y en un suelo que permanece fresco. Esta variedad es una de nuestras favoritas, como habrás imaginado. Llena de cualidades, esta planta tiene sin embargo una pequeña debilidad: soporta bastante mal la presencia de caliza en el suelo. Decora el jardín o las grandes macetas instaladas en la terraza desde finales del verano hasta las primeras heladas. En el fondo del macizo para las más grandes, la Anémona del Japón mezcla su floración elegante con la gracia de los Aster cordifolius, o Aster laevis, y con el encanto nostálgico de los crisantemos vivaces. La variedad 'Honorine Jobert es perfecta en el fondo de los macizos, frente a un seto de hortensias por ejemplo. La ligereza de sus flores se combina bien con las espigas de las gramíneas que toleran la media sombra, como el Pennisetum alopecuroides.  Por último, el follaje finamente recortado de las anémonas ofrece a los ramos de flores una hermosa nota verde oscuro. A veces invasiva si se encuentra a gusto, se resiembra fácilmente. Es bastante fácil limitar su desarrollo.