Aspidistra elatior Zebra

El Aspidistra eliator 'Zebra' revisita con elegancia esta planta verde de interiores un tanto convencional de los años 50, donde competía con la Sanseveria, la otra lengua de suegra. Este Aspidistra elevado, con sus hojas sedosas y brillantes rayadas de blanco crema, constituye un cubresuelo persistente muy luminoso en las zonas semisombreadas del jardín, especialmente bajo los grandes árboles que le proporcionan el compost de hojas que tanto aprecia. Vivaz rizomatosa, el Aspidistra se extiende lentamente pero resiste bien al frío e incluso a la sequía una vez bien establecida. Florece, curiosamente es verdad, al ras del suelo, escondiendo bajo su follaje sus flores carnosas de un marrón-violáceo como un tesoro. Colóquela al pie de los árboles, en bordes de camino, en maceta en la terraza o balcón, y déjese seducir.

El Aspidistra eliator Zebra es una planta de la familia de las convallariáceas, al igual que el lirio de los valles y la Serpentina que son conocidos por su increíble robustez. Su ancestro es originario de Taiwán y Japón, más específicamente de los bosques de la península de Osumi, de donde fue ampliamente introducida en China. Llegó a Gran Bretaña en el siglo XIX, conquistando los interiores victorianos, y luego, poco a poco, nuestros salones franceses y europeos donde rápidamente demostró ser resistente y muy adaptable, en realidad casi sin exigencias. El Aspidistra elevado es capaz de rebrotar desde la cepa después de haber sufrido heladas del orden de -12/-15°C y tolera muy bien la sombra seca siempre que reciba un poco de luz.

Se trata de una planta vivaz herbácea rizomatosa, cuyos tallos son prácticamente inexistentes. Forma un denso ramillete de hojas, de unos 55 cm en todos los sentidos, más o menos según la riqueza del suelo, ampliándose lentamente para formar a largo plazo grandes colonias. Su crecimiento es bastante lento, y nunca se vuelve invasiva. Sus hojas persisten en invierno. Son lanceoladas, terminadas en punta, coriáceas, miden de 30 a 50 cm de longitud y 8 a 10 cm de ancho aproximadamente. Están cubiertas de pelos sedosos, de un verde claro al brotar, tornándose verde oscuro en verano. Para que aparezcan las rayas blancas crema en la lámina, a veces es necesario esperar al menos dos o tres años, el tiempo que la planta madure. La floración tiene lugar a principios de verano, en plantas adultas, en la base de los grupos de hojas. Las flores nacen de botones ovoides violáceos. Se abren en copas carnosas de aspecto ceroso compuestas por 8 lóbulos afilados en sus extremos. Su color es blanco-crema moteado de marrón-violáceo en el exterior, con un tono marrón-violáceo a púrpura muy oscuro en el interior. La floración es seguida por la formación de pequeñas bayas esféricas y oscuras.

Más fácil de encontrar en las floristerías que en los pasillos de los viveros, el Aspidistra eliator es en realidad una planta vivaz extremadamente resistente cuyas cualidades redescubrimos, pero esta vez en el jardín. Mucho más decorativo que la especie habitual, el cultivar 'Zebra' merece mucho más que los oscuros pasillos y los rincones polvorientos. Es una planta luminosa, versátil y notable en las zonas secas y sombreadas del jardín. Su gran resistencia ante estas condiciones difíciles permite utilizarla en muchas situaciones: en bosques claros, al pie de los árboles, en bordes para resaltar el diseño de un camino, en rocallas junto a los brezos por ejemplo, o en jardines de estilo japonés. Se llevará bien con los hostas, helechos, geranio negro, Epimedium, o la hiedra terrestre (Glechoma hederacea) por ejemplo. Es una planta que se cultiva evidentemente muy bien en maceta, en una ventana o balcón semisombreado. Es tan tolerante que perdonará los olvidos de riego, prosperará en jardines sin jardineros o en jardines de fin de semana.