Bergenia cordifolia - Hortensia de invierno

La Bergenia cordifolia, también conocida como Bergenia de hojas cordadas o también como Hortensia de invierno, es la prueba de que una planta vivaz resistente y muy fácil de cuidar también puede ser encantadora. Ofrece a la vista un tapiz de grandes hojas de un verde claro y brillante, decorativas durante todo el año, y una bonita floración en racimos rosados desde finales de invierno. Esta planta sencilla que antes no faltaba en ningún jardín es un valioso aliado, al igual que los iris y las helleborus, para bordear un camino, decorar la parte superior de un muro de contención o poblar una ladera o una rocalla un poco desatendida.

La Bergenia cordifolia pertenece a la familia de las saxífragas, es una especie muy resistente y muy rústica, originaria de las montañas Altái, en Siberia. En la naturaleza, esta planta solo crece donde la nieve es abundante en invierno, ya que ofrece una excelente protección a las hojas. Fácil de cultivar en todas nuestras regiones, persistente en invierno, anuncia la llegada de la primavera con su floración temprana, que asoma ya en el mes de febrero.
La Bergenia es una vivaz herbácea tapizante y con vegetación agrupada en matas un poco sueltas de unos 40 cm de altura aproximadamente por 50-60 cm de ancho. Crece sobre un rizoma rastrero, grueso, grueso y envuelto por las vainas de la base de las hojas. Con el tiempo, esta planta se expande poco, pero su crecimiento es tan lento (especialmente en suelos un poco secos) que difícilmente se puede considerar invasiva. Aparecen tallos secundarios aquí y allá, formando eventualmente una colonia. Las grandes hojas en forma de cuchara, coriáceas, basales, dispuestas en rosetas, lustrosas y brillantes, son de un verde vivo en primavera y verano, para luego adquirir en otoño un tono más bronceado y a veces incluso algunos matices rojos debido al frío. Son muy gruesas y recorridas por nervaduras. La floración tiene lugar a partir del mes de marzo, más temprano o más tarde según las regiones. Está compuesta por panículos erguidos de grandes flores (2-3 cm de ancho) de un rosa suave, más intenso cerca del centro. Son llevadas por tallos robustos y ligeramente peludos, de tonalidad rojiza. Bastante duraderas, las flores pueden formar parte de arreglos florales primaverales frescos.

La Bergenia cordifolia crecerá bien en la mayoría de los suelos, pero se prefiere un suelo rico en humus y que se mantenga un poco húmedo. Los suelos demasiado secos tienden a limitar su crecimiento. Prosperará a media sombra o en una situación soleada pero no abrasadora: Si buscas una vivaz encantadora y resistente que sea bonita durante todo el año, no busques más que este bergenia. Se puede usar ventajosamente en macetas, en rocallas, en bordillos o como pequeño cubresuelos, o al pie de arbustos caducos que dejen pasar el sol invernal pero lo protejan de sus ardientes rayos veraniegos. Se le puede asociar, para cubrir una ladera, con geranios vivaces (Geranium macrorrhizum), nomeolvides, y en zonas sombrías con epimediums, helleborus orientales, hepáticas de flores azules sorprendentes...