Brunnera macrophylla - Buglosa

El Brunnera macrophylla también es conocido como Nomeolvides siberiano, debido a la semejanza de sus flores con las del nomeolvides y sus orígenes. Esta resistente planta vivácea que florece en los bosques del este de Europa y el noroeste de Asia es un excelente cubresuelos para las zonas de media sombra del jardín. Plántelo en una tierra fresca y rica en humus, lejos del sol ardiente: con el tiempo formará hermosas colonias y se auto-sembrará espontáneamente.

El Brunnera macrophylla, también conocido como Buglosa de Siberia, es una herbácea vivácea perteneciente a la familia de las boragináceas, al igual que el nomeolvides y la borraja. Se cultiva por sus delicadas flores que recuerdan al nomeolvides y su porte cubresuelos que forma un espeso tapiz de follaje caduco, decorativo desde la primavera hasta principios del otoño. En abril-mayo, durante 3 semanas, emergen del suelo, al mismo tiempo y por encima de un espeso tapiz de hojas rugosas, numerosas pequeñas flores azules muy intensas reunidas en ligeras paniculadas (en racimos de forma cónica) de al menos 20 cm. Si se cuida de eliminar esta primera floración cuando se marchita, a veces vuelve a florecer en otoño. Este vigoroso brunnera alcanzará aproximadamente 45 cm de altura en floración, el follaje forma un generoso montículo de grandes hojas verdes en forma de corazón, ligeramente velludas, con un tamaño definitivo de 12 a 14 cm de longitud. Los macollamientos se extienden lentamente por sus raíces rizomatosas. El nomeolvides siberiano a menudo se auto-semea espontáneamente en las zonas sombrías del jardín. El follaje puede secarse en verano en caso de sequía anormal, para recuperarse con la vuelta de la lluvia. En invierno solo permanecen en el suelo hojas muertas, que protegen el tocón del frío.

Muy resistente, al menos hasta -20°C, el nomeolvides siberiano es un excelente cubresuelos, para colocar bajo árboles y arbustos caducos, en el borde de un bosque o incluso en las orillas de una charca. Esta vivaz resulta muy decorativa también en macetas y jardineras sombreadas. Es también una buena planta de bordillos que queda maravillosa en jardines silvestres o en macizos de vivaces bastante libres; combínelo, por ejemplo, con lamios, hostas azules, heucheras púrpuras, corazones de María, euforbias policromas, o con aguilenas. Se combina bien con bulbos de floración primaveral, especialmente con narcisos de pequeñas flores y tulipanes, a media sombra.