Campanula carpatica Clips Whites

La Campanula carpatica 'Clips' blanca es una de las mejores variedades de campanilla de los Cárpatos con flores blancas, inigualable por su nivel de floración. Esta pequeña planta tapizante cautiva por su larga floración estival, que toma la forma de campanillas ampliamente abiertas hacia el cielo, de un blanco deslumbrante. Florecen en masa, a lo largo del verano, casi ocultando el follaje verde claro de esta pequeña planta tapizante. Muy resistente y poco exigente, más o menos persistente en invierno, esta vivácea es ideal en rocallas, bordillos, en la parte superior de los muros y para cubrir el suelo bajo los rosales.

La Campanula carpatica pertenece a la familia de las Campanuláceas. Es originaria, como su nombre indica, de Europa central, y más específicamente de los Montes Cárpatos donde crece en escombros calizos, hasta 2500m de altitud. Es una planta de montaña que aprecia los climas contrastados y teme las situaciones áridas así como la ola de calor.

La variedad 'Clips' blanca es una planta vivaz baja, herbácea, que alcanza aproximadamente 20 a 30 cm de altura en flor, con una extensión mínima de 30 cm. E. Sus rosetas de hojas basales se extienden sin límite teórico a través de tallos ramificados y rastreros llamados estolones, que se enraízan al contacto con el suelo. La floración se desarrolla de junio a septiembre, en forma de campanas bien abiertas, de color blanco puro, de aproximadamente 3 cm de diámetro. El follaje, de un verde vivo y brillante, se compone de hojas cordiformes, redondeadas y muy dentadas. Persistirá si el invierno no es demasiado riguroso.

La Campanula carpatica 'Clips' blanca aprecia los suelos frescos, ligeros incluso calcáreos, pero teme la humedad estancada que pudre las raíces. Esta montañesa no aprecia ni los climas demasiado cálidos, ni los veranos muy secos. Es sobre todo una excelente planta de rocalla y de bordillos. Rápidamente llenará las grietas en el pavimento, los viejos muros y los muretes. También se adapta perfectamente a un jardín salvaje y forma un bonito cubresuelos al pie de otras plantas y arbustos, siempre que esté expuesta al sol. También se adapta muy bien al cultivo en macetas o en jardineras, en un sustrato ligero y perfectamente drenado. Para acompañarla, piense, por ejemplo, en las aubriètes y en las alysses, igualmente complacientes y fáciles de cultivar.