Campanula trachelium Bernice

La Campanula trachelium 'Bernice' es una versión muy coqueta con flores semi-dobles de la campanula de hojas de ortiga que se encuentra comúnmente en nuestros campos y bosques. Tan resistente como su prima, florece de mayo a junio y de julio a agosto, con una voluntad a toda prueba. Sus bonitas campanillas azul violáceo, ligeramente inclinadas, se implantan a lo largo de espigas erectas, entre un follaje fuertemente dentado y nervado, de color verde azulado. Es una flor hermosa para un macizo sin pretensiones y sin preocupaciones, y una reina para un jardín natural. Aunque prefiere suelos ricos y profundos, esta excelente vivaz muy rústica es realmente complaciente en todos los aspectos.

La campanula de hojas de ortiga, también conocida en algunas de nuestras provincias como ortiga azul, es una planta herbácea vivaz que se ha naturalizado en toda Francia, donde crece sin ayuda en bosques y barrancos. Esta especie se desarrolla en suelos ricos en caliza. Pertenece a la familia de las campanuláceas. 'Bernice' es su descendiente curiosamente dotada de flores casi dobles. Apareció por casualidad en el siglo XVI en Inglaterra, en el borde de un bosque. Sentada sobre un tocón grueso, pero no invasivo, forma a partir de la primavera un ramillete de tallos robustos, llenos, angulosos, a menudo rojizos, muy ásperos, muy frondosos, simples o ramificados. A finales de primavera aparecen en sus tallos de 50 a 90 cm de altura sus flores semi-dobles, con bordes vuelto hacia afuera, de 2,5 a 4,5 cm de largo, agrupadas de 2 a 3 a lo largo del tallo. Sus grandes hojas son ovales a triangulares, dentadas y cubiertas de vellosidades. Recuerdan mucho a las hojas de la ortiga, como indica su nombre común. Se resiembra bastante fácilmente en el jardín, en suelos ligeros.

Perfectamente adaptada a la mayoría de nuestros climas, la campanula de hojas de ortiga y su variedad 'Bernice' son imprescindibles en un jardín de cura o un macizo campestre. Son plantas perfectas para jardineros principiantes, ya que no requieren cuidados especiales y vuelven fielmente cada año. Se pueden asociar sin problemas con otras plantas como la aquilegia común, la margarita reina, la peonía, la amapola oriental, las coralitos, las bergamotas silvestres, los geranios vivaces o las anémonas japonesas. Su simplicidad realza la redondez de las rosas antiguas, o las corolas voluptuosas de las peonías arbustivas o herbáceas. Son magníficas plantadas en grupos de 3 a 5 pies.