Carlina acaulis subsp. simplex Bronze

La Carlina acaulis ssp.simplex 'Bronze', también conocida como Carlina acaule o Carlina de los Alpes, es una especie de cardo rara y hermosa que forma una amplia roseta de hojas espinosas grisáceas con reflejos bronceados. Produce a finales de primavera y hasta mediados del verano, en su centro, un único capítulo con disco oxidado, adornado con numerosas brácteas rosa plateadas que reflejan la luz como pequeños espejos. Esta planta-flor muy 'Art Nouveau' es un tesoro para suelos secos, ingratos, pedregosos y rocallas. Perfecta en ramos secos.

La Carlina acaule pertenece a la familia de las asteráceas, es originaria del sur y este de Europa, donde crece en laderas montañosas áridas (montañas del sur y este de Francia). Es una planta vivaz herbácea de vida limitada, con porte en roseta, que alcanza los 20 cm de altura y 50 cm de ancho. La floración ocurre de mayo-junio a agosto-septiembre. La planta desarrolla en el extremo de un tallo corto de 20 a 40 cm un capítulo por roseta, de 8 a 10 cm de diámetro, cuyo disco oxidado está rodeado de brácteas coriáceas plateadas. El capítulo se cierra cuando el tiempo es húmedo o lluvioso. El fruto es un aquenio velloso con pelos plumosos. El follaje, semipersistente, está compuesto por largas hojas extendidas y glabras, ligeramente vellosas en el reverso, a veces de hasta 30 cm de largo, con bordes muy recortados y ampliamente provistos de espinas agudas. Esta planta posee una raíz pivotante que la ancla firmemente en terrenos pedregosos.

Plante la Carlina 'Bronze' en una ubicación seca, cálida y soleada. Requiere un suelo perfectamente drenado, pobre, ya que sus raíces pueden pudrirse en invierno en suelos húmedos. Prefiere suelos calcáreos y pierde su porte compacto en suelos fértiles. Elimine las flores marchitas para no agotar la planta, lo que podría hacerla desaparecer prematuramente.

Esta planta se combina admirablemente con otras vivaces de rocalla como la festuca azul, el Yucca, los sedums rastreros, las artemisas o la lavanda. Produce un efecto único en los cuencos alpinos y otros contenedores. Se puede inspirar en la naturaleza en el jardín, colocándola en los bordes de los senderos, en los bordes de los bosques, en los claros de bosques de hoja caduca, de coníferas o mixtos, en los céspedes secos, en los taludes pedregosos. Se puede integrar en ramos secos, o, como antaño, utilizar las flores secas como verdaderos barómetros.

En Francia, la Carlina acaulis cuenta con protecciones, especialmente en Alsacia y Borgoña. Los campesinos de los Cevennes consumían antiguamente los botones florales de la Carlina de los Alpes al estilo de las alcachofas.