Cephalaria alpina - Cefalaria amarilla

La Cephalaria alpina, también conocida como Cefalaria amarilla de los Alpes y Céfalaria de los Alpes, es una planta silvestre cosmopolita. Impresionante vivaz herbácea, se le debe reservar mucho espacio. Forma un mechón robusto de hojas verde claro de donde emergen, en verano, numerosos tallos delgados terminados en pequeños capítulos amarillos muy pálidos y luminosos. Es una planta vigorosa, espectacular pero refinada, indispensable en jardines salvajes.

Las Cefalarias son vivaces muy resistentes cercanas a las escabiosas. La Cephalaria alpina pertenece a la familia de las Dipsacaceae, es originaria de nuestras montañas, de la Cadena del Jura; se encuentra en los Alpes de Saboya, del Delfinado, de la Provenza. También está presente en Suiza y en el norte de Italia. Esta vivaz herbácea presenta una porte en fuerte roseta. Puede volverse imponente, alcanzando fácilmente 1,20 m de altura en flor, 40 cm para el follaje, con una extensión de 50 cm como mínimo. Presenta una porte erecta, frondosa. Si la instalación y el crecimiento son un poco lentos, esta planta resulta ser muy duradera. La floración estival se desarrolla en julio-agosto, a partir del segundo año de cultivo, en forma de flores en capítulos amarillos muy tenues, de 2 a 3 cm de diámetro. Las flores son llevadas por largos tallos delgados y estriados, cubiertos en la base de pelos vueltos hacia atrás que también se encuentran en los pecíolos. Las hojas verde claro son pinnadas, miden 30 cm de largo, y están profundamente divididas en folíolos ovales y dentados. La cefalaria de los Alpes es una buena planta nectarífera.

Instale la Cefalaria alpina amarilla a pleno sol, o a media sombra. Esta planta prefiere suelos neutros, incluso arcillosos, profundos, sueltos, pero muy bien drenados. En la naturaleza, crece en los pastizales y en las rocallas de las altas montañas. Es muy raro que necesite tutorado, ya que sus tallos son robustos y sus inflorescencias ligeras. Plantación en primavera u otoño. Pode los tallos florales a principios o finales de invierno.

La Cefalaria alpina es perfecta en el fondo de un macizo. Sus altos tallos florales son bastante delgados para no hacer sombra a otras vivaces. Se la puede imaginar bien en un gran jardín, mezclada con otras plantas gigantes como Verbascum olympicum, Ligularia stenocephala, Cynara cardunculus, Verbena bonariensis, Campanula lactiflora, Ferula communis... para un efecto pintoresco, o en una gran rocalla. Cabe destacar que sus flores mantienen bien en un jarrón.