Actaea japonica Cheju-Do

El Actaea o Cimicifuga japonica Cheju-Do lleva el nombre de la isla surcoreana donde fue descubierta. Este candelabro de plata es una variedad particularmente compacta y resistente a enfermedades foliares que no carece de encanto. Primero seduce por su encantador follaje primaveral, compuesto por brotes jóvenes de color púrpura que se despliegan en hojas lobuladas que parecen estar glaseadas de plata. Luego, elige el final del verano para ofrecer su floración, generosa, en largos espigas blancas-crema ligeramente perfumadas. Robusta, rústica y maravillosamente etérea, esta vivaz con un diseño elegante es una de esas plantas que se bastan por sí mismas y estructuran las zonas sombrías de manera única.

El Actaea japonica, también conocido como Cimicifuga acerina, es una planta de la familia de las ranunculáceas originaria de las regiones boscosas de Japón, Corea y China. 'Cheju-Do' es una vivaz sólida y majestuosa que se desarrolla a partir de un rizoma negroátreo con raíces fibrosas dispuestas en masas compactas; esta planta forma lentamente matas arbustivas que no superan los 80 cm de altura en flor, 30 cm para el follaje, con una extensión mínima de 50 cm. Su follaje basal está compuesto por grandes hojas largamente pecioladas, globalmente redondeadas, divididas en 3 lóbulos dentados. Su color en primavera es un verde claro un poco gris, brillante, con reflejos de estaño, que se va desvaneciendo un poco durante la temporada. La floración ocurre en septiembre-octubre, en forma de 12 a 15 grandes inflorescencias terminales que llevan botones rosados que se abren en diminutas flores blancas-crema. Estas espigas toman la forma de delgados espigones erguidos o arqueados, cuyo perfume es inconfundible. Esta floración es muy melífera y nectarífera, y su perfume no agrada a todo el mundo.

El Actaea Cheju-Do se sentirá cómodo en semisombra, en la luz tamizada de un claro del bosque o en el borde del bosque. Esta planta aprecia los suelos ricos en humus, frescos, e incluso en las orillas muy húmedas de una charca. En los macizos, su silueta muy gráfica y sus flores realmente luminosas destacarán entre las vivaces descoloridas al final del verano. Su follaje se combina bien con el de las hostas y las coralitos, y su floración con la de las anémonas japonesas. Esta planta majestuosa formará un hermoso ejemplar plantado en una maceta grande en la terraza.