Actaea racemosa

La Actea o Cimicífuga racemosa, también conocida como Actea a grappes, es una hermosa planta vivaz con abundante follaje de astilbe gigante, de color verde claro y brillante. Al final del verano, se destaca por sus altas inflorescencias gráciles y pálidas, que evocan velas de plata. Vigorosa, resistente y tolerante a la sequía estival, esta planta medicinal habita los claros del bosque, destilando muchos secretos. Esta majestuosa actea crece lentamente, formando matas arbustivas de aspecto gráfico, muy interesantes en el fondo del macizo.

La Cimicífuga racemosa es una planta de la familia de las Ranunculáceas originaria de los bosques del este y centro de América del Norte. Conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades medicinales, es una planta vivaz sólida y majestuosa. Desarrollándose a partir de un rizoma nudoso con raíces fibrosas dispuestas en masas compactas, esta planta forma lentamente matas arbustivas que alcanzan los 2m de altura en floración, con una extensión de al menos 70 cm. Sus tallos, menos numerosos que en otras especies, están cubiertos de grandes hojas compuestas, muy recortadas, tan elegantes como las frondas de los helechos, a veces de hasta 50 cm de longitud. Se adornan con un color verde muy claro, que desprende un olor sorprendente al ser aplastado. La floración ocurre en julio, en forma de numerosas grandes inflorescencias terminales, en delgados espigones de blanco puro, erguidos o arqueados, que reúnen pequeñas flores cuyo perfume es indescriptible. Esta floración es muy melífera y nectarífera, y su perfume no agrada a todos.

La Actea a grappes se sentirá a gusto en semisombra, en la luz tamizada de un claro del bosque o en el borde del bosque. Esta especie tolera bastante bien la sequía estival y la competencia de las raíces. En la parte trasera de los macizos, su silueta muy gráfica y sus flores luminosas compondrán un hermoso telón de fondo para las vivaces que pierden floración a finales del verano. Su follaje se combina bien con las estrellas rosadas y azules de los ásteres. Esta planta majestuosa formará un hermoso ejemplar, plantado en una maceta grande en la terraza.

La Cimicífuga racemosa era utilizada por los pueblos nativos de América del Norte para facilitar los partos y combatir los trastornos menstruales. Investigaciones recientes han demostrado que contiene una sustancia con efecto estrogénico. Actualmente se incluye en diversas preparaciones de fitoterapia utilizadas para combatir los síntomas de la menopausia, entre otros...