Clavel coronado Munot - Dianthus plumarius

El Dianthus plumarius ‘Munot’, es un  clavel enano que muestra una larga floración estival agradablemente perfumada que se extiende de junio a septiembre. Sus flores dobles tienen pétalos laciniados de color rojo carmín. También se distingue por su aroma bien pronunciado. Es particularmente adecuado para el cultivo en macetas debido a su pequeño tamaño y nivel de floración, también es una excelente vivaz de bordillos soleados, donde forma cojines persistentes de un hermoso gris-azul incluso en invierno. 

El clavel enano o Dianthus 'Munot’ pertenece a la familia de las Caryophyllaceae. Es uno de los numerosos cultivares resultantes del cruce de D. plumarius y caryophyllus. Dianthus plumarius es una vivaz europea que es el principal ancestro de los diferentes grupos de claveles enanos, antiguos o modernos. El Dianthus caryophyllus es mediterráneo, ha legado a sus descendientes, entre otros, su maravilloso aroma a clavo reconocible entre todos y su buena tolerancia a los suelos calizos y secos. El crecimiento de este clavel es bastante rápido. Su tamaño adulto no superará los 25 cm de altura con una extensión de 30 cm, o incluso más. Este clavel forma un grupo bien denso, de donde emergen, de junio a septiembre, flores anchas de 4-5 cm, redondas y dobles, con pétalos laciniados, llevadas en la punta de tallos cortos, a menudo ramificados. Sus hojas lineales, glabras, puntiagudas, persistentes y coriáceas son de un hermoso gris-azul.

El Dianthus 'Munot' es una planta muy bonita para la terraza o los balcones, resistente al menos hasta -15°C, poco exigente en agua pero ávida de sol. También se sentirá a gusto en los bordillos con suelo drenado, taludes y rocallas. Sus hermosas flores perfumadas aportan un encanto indiscutible al decorado más modesto. Por ejemplo, se puede colocar frente a otros claveles, blancos, rosas o bicolor (Devon Dove, Cranmere Pool, Devon Cream, Letitia Wyatt, Whatfield Gem), o para acompañar las campanillas azules, las lavandas azul lavanda de los nepetas, las pequeñas lavandas, o los cojines floridos como los heliantemos, los silenos, la Campanula muralis, la Arabis del Cáucaso, los Phlox subulata, el Erigeron karvinskianus y el Geranio de sangre (Geranium sanguineum). Para evocar los jardines de antaño, se puede plantar un pequeño borde de estos encantadores claveles al pie de los grupos de peonías y rosales antiguos. Esta planta forma un bonito adorno entre las piedras de un muro o pavimento, en un abrevadero o en maceta.