Euphorbia seguieriana subsp. niciciana - Lechetrezna

La  Euphorbia seguieriana subsp.niciciana es una pequeña planta vivaz persistente y muy resistente de terreno seco, perfecta para rocallas y jardines sin riego. Forma varios tallos delgados, más o menos postrados, cubiertos de pequeñas hojas carnosas verde-azuladas-plateadas muy delicadas. En el extremo de estos tallos se despliega durante todo el verano una floración abundante de brácteas verde tilo a verde ácido. Aprecia el sol y se conforma con cualquier suelo drenado, incluso pedregoso, pobre y calcáreo.

La Euphorbia seguieriana subsp.niciciana pertenece a la familia de las euforbiáceas. Es originaria de la península balcánica, Turquía, Irán y Pakistán. Presenta un porte en mata ligeramente postrado, de 40 a 50 cm en todos los sentidos. Los tallos emergen de una corona central leñosa. La floración estival tiene lugar de junio a septiembre. Inflorescencias en umbelas de 8 a 15 cm de diámetro, compuestas de brácteas desnudas (sin pétalos), se forman en la parte terminal de los tallos foliados. Las euforbias se caracterizan por una "flor" muy particular llamada ciatio, esta forma solo existe en estas plantas. La flor se reduce a una parte femenina rodeada de pequeños estambres. Esta aparente simplicidad no impide las sutiles variaciones de colores que contribuyen al encanto extraño de las euforbias. El follaje es persistente a semipersistente según el clima, compuesto por hojas lineales a elípticas-oblongas, de un verde glauco que oscila entre el azulado y el plateado. Como todas las euforbias, esta planta emite un látex pegajoso al romperse. Este látex puede causar irritaciones cutáneas y es tóxico por ingestión (todas las partes de la planta están afectadas).

La Euphorbia seguieriana subsp.niciciana se adapta perfectamente a los jardines secos, a las rocallas, a los jardines salvajes o minerales. Su originalidad combinará bien con los kniphofias amarillos, naranjas o rojos, los phormiums, la floración azul de los Nomeolvides, las grandes hojas del tetrapanax, los yucas. Tanto en jardines modernos como en un ambiente campestre, se asocia con todo, realzando con sus inflorescencias ácidas cualquier color. Para hacer que su floración sea aún más brillante, basta con asociarla con el violeta de los iris, Allium o clemátides de grandes flores. La combinación con las gramíneas es particularmente exitosa. Utilizándola se pueden crear efectos de masas suaves y sinuosos, estructurar los macizos, oponer los colores y formas de las hojas.