Felicia amelloides - Agatea

Un gran manojo de Felicia amelloides, también conocida como Agathea coelestis o aster del Cabo, cuando se encuentra en un borde o aislada, es un espectáculo que suscita una gran emoción. Este subarbusto persistente está en flor desde finales de primavera hasta el otoño, cubriéndose incesantemente de pequeñas flores en forma de margaritas de un extraordinario azul cielo, realzado por un centro amarillo. Su crecimiento es rápido, por lo que la planta forma en una sola temporada un bonito arbusto de porte extendido. Florífera y poco exigente en cuanto al tipo de suelo, esta vivaz, lamentablemente poco rústica, es ideal en jardines junto al mar o como planta de veranda, colocada a pleno sol, en un suelo muy drenado, incluso seco.

El Felicia amelloides pertenece a la familia de las Asteraceae. Esta planta es originaria de Sudáfrica y solo soporta heladas leves. Es un pequeño arbusto muy ramificado, un poco más ancho que alto. La planta, casi adulta en un año, alcanzará una altura de 50 a 60 cm (a veces 1 m) y un ancho de 60 a 70 cm. Este rápido crecimiento permite a los jardineros de regiones frías cultivar la margarita del Cabo como anual. Sus tallos, rugosos y de un rojo oscuro, llevan hojas persistentes ovaladas a redondeadas de un verde bastante claro. La floración ocurre de junio a octubre, en forma de pequeños capítulos que parecen margaritas, con 3 cm de ancho, llevados por largos tallos desnudos de hasta 18 cm. Las ligulas exteriores son azul rey, azul celeste, azul horizonte, en cualquier caso, un azul muy vivo perfectamente realzado por el pequeño centro amarillo dorado.

 Amantes del sol, los Felicia temen más que nada las heladas combinadas con un exceso de humedad en invierno. Instálalos en tierra ordinaria perfectamente drenada. Formando en muy poco tiempo espectaculares manojos redondeados, el aster del Cabo es magnífico en compañía de plantas con flores amarillas como, por ejemplo, la Achillea 'Golden Plate', las Margaritas del Tinte, o los Coreopsis. Puede ser muy útil para comenzar un jardín completamente nuevo, después del paso de maquinaria de construcción. Se colocará en rocallas soleadas junto a flores simples como las boca de dragón, las alhelíes, las baptisias o la salvia, en los bordillos o en la terraza en una maceta grande que se pueda guardar en invierno. Su floración se combina bien con plantas de follaje gris como las artemisas, así como con rosales antiguos.