Francoa appendiculata

Viváceas andinas que crecen en bancos rocosos de los valles bajos escarpados, sobre el agua. Su rusticidad no es su punto fuerte, pero instaladas en un suelo muy bien drenado, fresco y rico en humus, en una ubicación semisombreada protegida y resguardada de los vientos fríos, han resistido en nuestro jardín a los últimos 10 inviernos. Su follaje perenne no permite un acolchado total de los tocones, pero las hojas secas muertas, insertadas entre los mechones, las protegen bastante eficazmente.

Gran roseta de hojas verde crudo, suaves de donde emergen largos bohordos florales que llevan largas espigas de hermosas flores -normalmente blancas en la especie- que son de un bonito rosa vivo en la forma que poseemos.