Gaillardia grandiflora Burgunder

La gaillarde o Gaillardia x grandiflora 'Burgunder' ofrece una floración interminable, de junio a octubre, extrayendo recursos incluso de los suelos más pobres para brindar el espectáculo interminable de sus flores de un intenso rojo burdeos alrededor de un corazón amarillo y rojo sangre, similares a grandes margaritas. Forma hermosos mechones de tallos y follaje gris verdoso y peludo, de 60 cm en todas direcciones. Esta vivaz de corta vida posee una salud de hierro, soportando el frío, el calor, la sequía, pero teme la humedad, siendo esa su única debilidad. Pertenece a esas vivaces casi infalibles que encuentran su lugar en todos los jardines, ¡independientemente de su estilo!

La Gaillardia (x) grandiflora es un híbrido hortícola resultado del cruce entre la Gaillardia aristata, vivaz originaria de las grandes llanuras centrales de América del Norte, y la Gaillardia pulchella, una planta casi anual, nativa del norte de México y del sur y centro de los Estados Unidos. Perteneciendo, al igual que sus dos padres y como el tournesol, a la gran familia de las asteráceas, este híbrido ha heredado de su primer progenitor una buena rusticidad y longevidad aumentada, y del segundo su extraordinaria floración, su crecimiento rápido y su extrema frugalidad. 'Burgunder' forma un mechón de 60 cm en todas direcciones, cubierto desde el verano hasta el otoño por grandes capítulos anchos de 4 a 7 cm, donde se congregan los insectos polinizadores. Su color es un rojo profundo e intenso que no se desvanece al sol. Toda la flor está animada por un corazón bicolor muy contrastante, con un disco central amarillo y un círculo periférico de diminutos floretes rojo sangre. El follaje, principalmente basal, está compuesto por hojas estrechas, ligeramente lobuladas o profundamente recortadas, de color verde grisáceo y peludas.

Hoy un tanto desfasadas, las gaillardias, junto con el coreopsis grandiflora y otros Gaura, siguen siendo campeonas en abundancia floral. Incluso la forma silvestre G. aristata resulta ser muy florífera. Su único defecto es su poca tolerancia a la humedad ambiental, incluso en un suelo bien drenado. En los jardines de la mitad sur de Francia, especialmente en suelos mediocres, esta planta es realmente una bendición: acompañará a las lavandas, los geranios vivaces sanguíneos o cenicientos, las artemisas y las gramíneas, que son plantas igualmente frugales y floríferas.