Gentiana cruciata

La Genciana croisette, en latín Gentiana cruciata, es una planta vivaz bastante común en Francia en prados secos, bosques claros y laderas rocosas. Se reconoce por sus grandes hojas verde brillante dispuestas en cruz a lo largo de los tallos. En esta mata frondosa florecen en verano ramilletes de pequeñas gencianas de un azul brillante, a veces un poco escondidas entre el follaje. Esta vivaz más bien montañesa no es la más fácil de cultivar en el jardín: le gustará una situación no demasiado árida, en un suelo muy bien drenado, preferiblemente una rocalla alpina calcárea y un poco fresca. 

La Genciana croisette, de la familia de las Gentianáceas, es una especie originaria de Europa y Asia. En la naturaleza, se encuentra en gran parte de Francia, a una altitud entre100 y 2100m, pero está ausente del oeste de nuestro país y de las regiones mediterráneas, demasiado calientes y secas. Planta vivaz con un grueso tocón y porte en mata, está compuesta por tallos foliados que desaparecen en invierno y emergen del suelo en primavera. En su madurez, la planta alcanza una media de 27 cm en todas direcciones, según las condiciones de cultivo. Los tallos de color marrón rojizo, curvados-ascendentes, están adornados con numerosas hojas lanceoladas, de 10 cm de longitud, de un verde intenso, envainadas en la base. La floración tiene lugar de junio a septiembre. En el extremo de los tallos foliados pero también en la axila de las hojasse abren, agrupadas en pequeños ramilletes, pequeñas flores en forma de trompeta, de 20 a 25 mm de longitud, erguidas hacia el cielo. Cada una presenta una corola compuesta por 4 lóbulos bien individualizados, de color azul brillante, con la base casi negra. La garganta de la flor está ocupada por estilos blancos, que son los órganos reproductores femeninos de la flor. 

Como ocurre con la mayoría de las plantas alpinas, la genciana croisette será fácil de cultivar siempre que las condiciones de cultivo le sean favorables. Esta montañesa no aprecia ni los climas demasiado calurosos, ni los suelos pesados, ácidos y/o mal drenados. En terreno abierto, idealmente se colocará en un suelo rico en guijarros calcáreos, bien drenado, no demasiado seco, en un muro, en una rocalla, en un talud, en los bordillos de los macizos, o en una alberca, en un jardín montañoso. Prefiere los espacios pedregosos, soleados pero no excesivamente calurosos, o semisombreados, donde pueda enraizarse profundamente. Esta Genciana puede asociarse, en un macizo o una rocalla, con  Campanillas de invierno, Tulipanes botánicos, crocos, Lewisias, Coníferas enanas, la anémona pulsatilla....

Esta genciana es la anfitriona exclusiva del azul de la croisette, una mariposa que se ha vuelto rara. Esta última deposita sus huevos en sus hojas, y sus orugas se alimentan de ellas. A finales del verano, las orugas caen al suelo y son recogidas por ciertas hormigas que las transportan hasta su hormiguero y las alimentan, como parásitos. 

El término Gentiana hace referencia a Gentius, rey de Iliria (actual Albania) en el siglo II a.C., quien, según Plinio el Viejo, descubrió las propiedades medicinales y curativas de la raíz de la Genciana amarilla.