Helenium automnale Fuego

El 'Helenium 'Fuego', también conocido como Hélénium de otoño híbrido, es un reciente cruce neerlandés, abundantemente florecido con margaritas bailarinas y panacheadas de amarillo, rojo, naranja y cobre, que realmente encienden el jardín al final de la temporada. Con sus pétalos flamígeros iluminados por un halo de oro que rodea un cono marrón y satinado, estas flores componen ramos impresionantes y realzan en el jardín los colores del otoño. Es una variedad arbustiva y compacta, que no requiere tutores. También es una vivaz resistente y fiable, fácil de cultivar al sol, en suelos frescos y bien drenados.

Los heleniums son vivaces de la familia de las asteráceas, originarias de América del Norte, donde crecen más comúnmente cerca de pantanos. El cultivar 'Fuego' proviene de la especie Helenium automnale, una vivaz con flores de colores muy ricos y una vegetación vigorosa. 'Fuego' es una variedad compacta y muy florífera. Tiene un porte robusto y arbustivo, con tallos ramificados que alcanzan una altura de 50 a 60 cm. Las hojas, de un verde intenso, con forma lanceolada y margen liso, están dispuestas alternativamente a lo largo de los tallos. Desde agosto hasta octubre, florecen incansablemente en la cima de los tallos un gran número de flores que son capítulos. Estas inflorescencias recuerdan a grandes margaritas de 8 cm de diámetro. En el centro, el cono brillante y colorido en naranja-marrón, da paso gradualmente a estambres amarillos. En la periferia, los floretes multicolores en tonos flamígeros, marchitan tomando un tono más cobrizo en total armonía. Esta floración casi desmedida anuncia con fanfarria el comienzo de las flores y hojas de otoño.

El Helenium 'Fuego' es una planta robusta, muy resistente y nunca enferma. Aprecia los suelos comunes y las exposiciones soleadas. De fácil cultivo, florece tanto en taludes, macizos como en macetas en la terraza. A pesar de todas estas cualidades, los heleniums siguen siendo raros en los jardines. Quizás porque sus tonos cálidos anuncian el otoño un poco demasiado pronto, mientras el jardín y el jardinero aún intentan retener las últimas floraciones estivales; sin embargo, son el complemento ideal de los ásteres. 'Fuego', en asociación con rudbeckias, se combina muy bien con plantas otoñales como heucheras y heliantos, pero también puede asociarse con un evónimo caduco, cuyo follaje se enciende con los primeros fríos, o con la espléndida vid de los tintoreros. En otro ambiente, los follajes aterciopelados de los stachys o salvia realzan mucho el tono cálido de esta floración.