Hosta Honeybells

Las Hostas son plantas vivaces herbáceas de follaje caduco. Difieren en tamaño, textura y color. Originarias de Asia oriental, inicialmente fueron traídas de Japón y luego de Corea. Pero también se encuentran estas Liliáceas en el norte de China y en el este de Siberia. También se les conoce comúnmente como Hosta o Hermosa debido a su follaje.
Plantas de semisombra por excelencia, se cultivan por su follaje radical muy decorativo. Las hojas verde pálido de la Hosta Honeybells son cordiformes (en forma de corazón), profundamente nervuradas y miden en promedio 30 cm. La nervadura paralela en relieve es muy característica de esta familia. Esta variedad se extiende hasta 120 cm de ancho, lo que la convierte en un excelente cubresuelos. De septiembre a octubre, una serie de largas hampas que sobresalen ampliamente del mechón foliar, sostienen un racimo terminal de flores blancas ligeramente colgantes de 3 a 5 cm. Algo absolutamente inusual en las Hostas, las flores de esta variedad son muy perfumadas, con un aroma que recuerda al de la flor de azahar. Las Hostas aprecian los suelos limosos ricos, incluso pesados y arcillosos, siempre que permanezcan ligeramente húmedos. Si están felices, permanecerán años en su lugar sin necesitar cuidados especiales.

Combínelas con el oro del Geranio vivaz phaeum Margaret Wilson, el Ajo de oso, el rosa antiguo de las Digitales mertonensis o las frondas moradas del helecho Athyrium niponicum Pictum. Todos son muy efectivos como repelentes de babosas. Las Lobelia speciosa Russian Princess, las Brunnera macrophylla Mr Morse alquemilas familiares de los bosques serán una excelente compañía. También piense en las Coralito y su maravillosa paleta de colores, o en las delicadas flores de los elfos (Epidémiums). De esta manera, embellecerá las áreas sombreadas y un poco húmedas del jardín creando un agradable refugio fresco para el verano. Las Hostas también se sienten bien en macetas que deberán exponerse a la media sombra y regarse muy regularmente.
A tener en cuenta: cuanto más claras sean las hojas de las hostas, menos temen la luz del sol. Las hojas oscuras, especialmente las azules, son más sensibles y el calor les hace perder la capa cerosa responsable del color. Algunas horas de sol al día, incluso parcial, son más que suficientes para estas plantas de semisombra más que de sombra. De hecho, sin un mínimo de sol, no florecerán. Reconozca que sería privarse de flores magníficas. Así que resta encontrar un armonioso compromiso entre la luz y la oscuridad.