Hosta plantaginea Aphrodite

Hosta plantaginea 'Aphrodite' es una de las raras variedades de Hermosa con flores semi-dobles y perfumadas. El amplio follaje cordiforme y bien verde de este Hosta forma un hermoso marco para esta floración particular. En sotobosque, en un gran macizo de sombra y media sombra, se destaca y se aprecia.

Los Hostas son plantas perennes herbáceas de follaje caduco. Difieren en tamaño, textura y color. Originarios de Asia oriental, también se les llama Hermosas por su follaje, o Hostas.
Plantas de semisombra por excelencia, se cultivan por su follaje radical muy decorativo. Las hojas verdes medianas del Hosta plantaginea 'Aphrodite' son cordiformes (en forma de corazón) profundamente nervuradas y miden en promedio 18 cm. La nervadura paralela en talla dulce es muy específica de la familia de las liliáceas. Esta variedad se extiende a lo ancho 80 cm. De agosto a septiembre, una serie de largas espigas que sobresalen ampliamente del mechón foliado, sostiene un racimo terminal de flores blancas dobles ligeramente colgantes de 5 a 8 cm. Algo absolutamente inusual, las flores de esta variedad son muy perfumadas, fragancia que recuerda a la flor de azahar.

Los hostas aprecian los suelos limosos ricos, incluso pesados y arcillosos siempre que permanezcan ligeramente húmedos. Si se sienten a gusto, permanecerán años en su lugar sin necesitar cuidados especiales. Asócielos con el oro del Geranio vivaz phaeum 'Margaret Wilson', con el Ajo de oso, con el rosa antiguo de las Digitales mertonensis o incluso con las frondas púrpuras del helecho Athyrium niponicum ‘Pictum’. Todos son muy eficaces como repelentes de babosas. Las Lobelias y las Brunnera, familiares de los sotobosques, serán una excelente compañía. Piense también en las Heucheras, y su formidable paleta de colores, o en las delicadas flores de los elfos (Epidémiums). Así embellecerá las partes sombreadas y un poco húmedas del jardín creando un agradable refugio fresco para el verano. Los hostas, también se sienten a gusto en macetas que se cuidarán de exponer a la media sombra y de regar muy regularmente.

A saber: cuanto más claras sean las hojas, menos temen la luz del sol. Las hojas oscuras, especialmente las azules, son más sensibles y el calor les hace perder la capa cerosa responsable del color. Unas horas de sol al día, aunque sea parcial, son más que suficientes para estas plantas de semisombra. Sin un mínimo de sol, no florecerán. Reconozca que sería privarse de flores magníficas. Así que queda encontrar un armonioso compromiso entre lo claro y lo oscuro.