Hosta plantaginea grandiflora

El Hosta plantaginea grandiflora es el único Hosta que produce flores muy perfumadas. Las flores blancas con apariencia de lirios, de un tamaño notable para un hosta, desprenden una fragancia que recuerda a la flor de naranjo. Florecen a finales del verano sobre un hermoso manojo de grandes hojas redondas, nervadas, brillantes y de un verde intenso. Esta variedad muy resistente tiene un crecimiento rápido y tolera una exposición soleada. ¡Ideal para principiantes con los hostas!

Los Hostas son plantas perennes herbáceas de la familia de las liliáceas, con follaje caduco. Se diferencian por su tamaño, textura y color. Originarios de Asia oriental, también se les llama lis plantain por su follaje, o también Funkia. El Hosta plantaginea grandiflora forma un manojo de follaje que mide aproximadamente 45-50 cm de altura por 50-60 cm de diámetro. Sus hojas, en forma de corazón redondeado, alcanzan hasta 18 cm de longitud. La lámina foliar, decorada con venas paralelas muy marcadas, es ligeramente brillante y de un verde intenso. Adquiere un hermoso tono amarillo en otoño antes de secarse. La vegetación emerge de la tierra en primavera, un poco antes que la de otros hostas, lo que puede hacerla vulnerable a las heladas tardías. La floración es bastante tardía, tiene lugar entre agosto y septiembre, más temprano o más tarde dependiendo del clima. De entre el follaje emergen hampas florales de 70 a 75 cm de altura. Acogen un racimo terminal de flores blancas ligeramente colgantes, en forma de trompetas, que miden de 15 a 17 cm de longitud. Las flores se abren por la tarde (alrededor de las 15 o 16 h) y permanecen abiertas toda la noche. En un hecho totalmente inusual, las flores de esta variedad son realmente muy perfumadas, incluso a distancia.

Los hostas aprecian suelos limosos ricos, incluso pesados y arcillosos siempre que se mantengan ligeramente húmedos. Si se sienten a gusto, pueden vivir años en el mismo lugar sin necesitar cuidados especiales. Combínelos con el ajo de oso, el rosa viejo de las Digitales mertonensis o las frondas moradas del helecho Athyrium niponicum ‘Pictum’. Todos son efectivos como repelentes de babosas. Las Lobelias y las Brunnera, habituales en los bosques, serán excelentes compañeros. Piense también en las Coralitos y su formidable gama de colores, o en las delicadas flores de elfo (Epimediums). De esta manera, embellecerá las zonas sombrías y un poco húmedas del jardín creando un agradable refugio de frescura para el verano. Los hostas también se sienten bien en macetas que se deben exponer a la media sombra y regar con regularidad.

A tener en cuenta: cuanto más claras sean las hojas de los hostas, menos temerán la luz del sol. Las hojas oscuras, especialmente las azules, son más sensibles y el calor les hace perder la capa cerosa responsable del color. Unas horas de sol al día, incluso parcial, son suficientes para estas plantas de penumbra. Sin un mínimo de sol, no florecerán. Reconozca que sería privarse de flores magníficas. Así que queda encontrar un armonioso compromiso entre la claridad y la oscuridad.