Hosta plantaginea var. japonica

Los hostas se plantan en primavera u otoño. Los hostas prefieren un suelo profundo, rico, húmedo, suelto, preferiblemente neutro a ácido (de todos modos, pobre en caliza), fresco a húmedo durante todo el año. Plántelos a media sombra o sombra tamizada y en una situación protegida de vientos fuertes.

Prepare un hoyo de plantación de 20 cm x 20 cm x 20 cm. Si su suelo es pesado, mezcle mitad tierra para macollamiento con tierra desmenuzada, rellene parcialmente y coloque su planta con cepellón de modo que la parte superior del cepellón esté cubierta con 3 cm de tierra. La aplicación de un abono de fondo (sangre deshidratada, polvo de cuerno) nutrirá su planta durante su período de enraizamiento sin riesgo de quemaduras. Asegúrese de colocar el cuello por encima del nivel del suelo. Compacte la tierra y riegue abundantemente para eliminar las bolsas de aire. Si el tiempo está seco, será necesario regar regularmente durante algunas semanas para facilitar la recuperación de su planta. También riegue regularmente en caso de verano seco.

Con su preferencia común por lugares húmedos, las babosas y caracoles nunca están lejos de los hostas. Incluso si los hostas azules o abigarrados a menudo tienen hojas más gruesas y resistentes, por lo tanto menos apetitosas para las babosas, estas plantas deben protegerse de los gasterópodos. Proteja sus pies de Hostas rodeándolos de gránulos a base de ferramol (aprobados en Agricultura Ecológica), cáscaras de huevo, posos de café, astillas o cualquier sustancia natural seca y rugosa que los aleje. Los erizos son los mejores aliados del jardinero en la lucha contra los gasterópodos, ya que a diferencia de las gallinas, no aran el suelo ni atacan los brotes bien verdes de las plantas jóvenes. Por último, algunas plantas tienen un olor repelente para las babosas, como la artemisa y el ajo.