Iris Japonés Diamant - Iris ensata

El Iris ensata ‘Diamant’, con sus espléndidas flores planas de un blanco puro adornadas con una pequeña mancha amarilla, es una variedad de iris de agua japonés tan elegante como luminosa. A diferencia de nuestros iris de jardín, esta vivaz rizomatosa se encuentra cómoda en suelos no calcáreos y encharcados en verano. Espléndidos plantados en masa en zonas húmedas y en las orillas de puntos de agua, los Iris ensata fueron intensamente cultivados en Japón, especialmente en los alrededores de Edo (antecesor de Tokio), para la flor cortada.

Los Iris ensata (sinónimo kaempferi), hanashōbu en japonés, más conocidos como Iris de agua del Japón, no tienen nada que ver con nuestros clásicos iris de jardín, salvo por su pertenencia a la familia de las iridáceas. El Iris ensata original es una planta de rizoma fibroso originaria de Asia, más específicamente de lugares húmedos de Japón, el Himalaya y Siberia. Estos iris, conocidos por ser difíciles de cultivar, aman los suelos ácidos y turbosos (no toleran el exceso de caliza), son ávidos de agua durante su período de crecimiento y floración, pero aprecian los suelos un poco menos húmedos en invierno: se les encuentra en la naturaleza creciendo por encima del nivel del agua que a menudo baja en invierno, para luego subir en primavera con el deshielo de las nieves.

La variedad 'Diamant' forma un mechón erizado, bastante erguido, alcanzando aproximadamente 80 cm de altura en floración por 40 cm de envergadura. La planta se extiende lentamente sobre el suelo a través de sus rizomas, embelleciendo año tras año. El follaje, caduco, de un verde medio, está compuesto por largas y finas hojas en forma de cinta, envainadas en la base, marcadas por una vena central prominente. La floración tiene lugar entre mayo y agosto según el clima, durante 3 buenas semanas. De los mechones de hojas emergen tallos florales. Cada uno lleva 2 a 3 grandes flores de 12 cm de diámetro. Están compuestas por 3 sépalos grandes y planos cuya base está adornada con una señal amarilla brillante, sobresaliendo de ellos 3 pétalos más pequeños y finos.

A menudo cultivados en las orillas de charcas y estanques, los Iris ensata, al igual que muchas plantas pantanosas, pueden vivir con los "pies" en el agua durante el verano, pero sus rizomas no toleran estar sumergidos en invierno, especialmente si este es frío. En nuestros jardines, estos Iris ensata se sentirán bien en una tierra franca bien aligerada con turba, pero sin secarse en verano. Plántelos por ejemplo en un suelo pesado formando una ligera depresión, en la parte baja de una pendiente o en una orilla cuya tierra se humedece por capilaridad. Asocie el Iris ensata ‘Diamant’ con las Anémonas rivularis, hemerocallis, Darmera peltata, Lobelia Queen Victoria, astilbes, Physostegia virginiana, lysimaques y ligulares.