Iris Japonés Harlequinesque - Iris ensata

El Iris ensata Harlequinesque es una maravillosa selección de iris de agua japonés, con grandes flores muy onduladas, blancas, magníficamente rayadas y bordeadas de tonos malvas y azul violáceo intenso. Todo ello está resaltado por una garganta amarilla brillante. Esta variedad también tiene la capacidad de volver a florecer durante la temporada, si se dan las condiciones adecuadas. A diferencia de nuestros iris de jardín, esta vivaz rizomatosa se siente cómoda en suelos no calcáreos y encharcados en verano. Espléndidos plantados en masa en zonas húmedas y en las orillas de puntos de agua, los iris ensata fueron intensamente cultivados en Japón, especialmente en los alrededores de Edo (el antepasado de Tokio), para la flor cortada.

Los Iris ensata (sinónimo kaempferi), hanashōbu en japonés, más conocidos como Iris de agua de Japón, no tienen nada que ver con nuestros clásicos iris de jardín, excepto por su pertenencia a la familia de las iridáceas. El Iris ensata original es una planta de rizoma fibroso originaria de Asia, específicamente de lugares húmedos en Japón, el Himalaya y Siberia. Estos iris, conocidos por ser difíciles de cultivar, aman los suelos ácidos y turberos (no soportan el exceso de caliza), son ávidos de agua durante su período de crecimiento y floración, pero aprecian suelos un poco menos húmedos en invierno: en la naturaleza, se encuentran por encima del nivel del agua que suele bajar en invierno y subir en primavera con el deshielo.

El cultivar 'Harlequinesque' forma un mechón erizado, bastante erguido, alcanzando aproximadamente 80 cm de altura en flor y 50 cm de envergadura. Este iris se extiende lentamente sobre el suelo a través de sus rizomas, embelleciendo año tras año. El follaje, caduco en invierno, de un verde vivo, abundante, está compuesto por largas y finas hojas en forma de cinta, envainadas en la base, marcadas por una nervadura central prominente. La florescencia, remontante, tiene lugar entre julio y agosto-septiembre según el clima. De los mechones de hojas emergen tallos florales. Cada uno lleva 2 a 3 grandes flores de 15 cm de diámetro. Cada flor está compuesta por 6 sépalos grandes y planos, horizontales, superpuestos por 3 pétalos mucho más pequeños y finos. Sépalos y pétalos tienen una textura aterciopelada y satinada. Su color base es un blanco brillante, con venas, rayas y bordes violetas de forma aleatoria.

Frecuentemente cultivados en las orillas de charcas y estanques, los Iris ensata, como muchas plantas de zonas húmedas, pueden vivir con los "pies" en el agua durante el verano, pero sus rizomas no toleran estar sumergidos durante el invierno, especialmente si es frío. En nuestros jardines, estos iris japoneses se sentirán bien en una tierra franca, bien aligerada con turba y compost, pero sin secarse en verano. Plántelos, por ejemplo, en un suelo pesado formando una ligera depresión, en la parte baja de una pendiente o en una orilla cuya tierra se humedece por capilaridad. Asocie el Iris ensata Harlequinesque con Anémona rivularis, Darmera peltata, Lobelia Queen Victoria, astilbes, lisimaques y liguláreas por ejemplo.