Knautia macedonica - Escabiosa macedonia

La Escabiosa macedonia o Knautia macedonica es una planta vivaz de tamaño mediano, resistente y que puede soportar la sequía una vez establecida. Su aspecto campestre aporta mucha ligereza en los macizos y sus flores en forma de pequeños pompones rojo oscuro se renuevan sin cesar de Junio a Septiembre, atrayendo a numerosos polinizadores. Sus largos tallos y sus flores duraderas permiten componer encantadores ramilletes y su encanto es inseparable de los pequeños jardines amurallados.

Esta Knautia, perteneciente a la familia de las dipsacáceas, posee una silueta discreta y graciosa a la vez. Su base está compuesta por una roseta basal de hojas simples, ligeramente dentadas y persistentes, de la cual emergen largos tallos (de 70 cm), delgados y pubescentes. Al ascender a lo largo de este tallo a menudo ramificado, las hojas son sésiles, cada vez más pequeñas y menos numerosas hasta llegar al capítulo. Este último tiene forma globosa (2 a 3 cm), de un bonito rojo profundo con estambres de color más claro, a menudo rosados. Estos sobresalen y se asemejan a alfileres clavados en una madeja, lo que le confiere un aire despeinado un tanto travieso. Esta planta vivaz de tamaño mediano tiene mucho interés en estar en pequeños grupos, dispersa entre las gramíneas o las flores más grandes, para aportar un toque intenso entre los tonos pastel. Prefiere las ubicaciones soleadas que favorecen su floración, pero también tolera algo de sombra por la tarde. Se conforma con diferentes tipos de suelos, a veces incluso calcáreos, siempre que estén bien drenados. Recórtelas para favorecer la renovación de la floración o déjelas secar para crear una decoración invernal gracias a sus pequeños frutos en forma de bolas. Se siembran de manera natural si se sienten a gusto.

El porte de la Knautia macedonica le permite integrarse de manera acertada en los macizos de verano entre los cosmos, los phlox, las achilleas, pero también las gramíneas, aportando así un cierto exuberancia. Fácil de cultivar y florífera, participa activamente en la vida del jardín al reaccionar al menor soplo de brisa y al ser el banquete de mariposas y otros polinizadores. Hará la felicidad de los principiantes y de los jardineros poco disponibles a quienes les ofrecerá una presencia muy natural y una abundancia de flores.