Lavanda intermedia Dutch Group - Lavandín

Lavandula intermedia (x) dutch group, una variedad de lavandín híbrido, ofrece una floración particularmente larga, de junio a septiembre, lo que no ocurre con otras variedades. Presenta finas espigas de flores malva claro, llevadas por largos tallos, un poco escasos. Su follaje persistente es magnífico, gris plateado, denso, muy perfumado en clima cálido, dando a la planta un aspecto de bola masiva, muy decorativa en invierno y primavera. Para los "norteños" que somos, la lavanda es sinónimo de vacaciones. Evoca el sol, el canto de las cigarras, las laderas áridas y perfumadas de la región de Forcalquier, y es un pedazo de esa atmósfera que capturamos en nuestros jardines húmedos. Para suelos secos, pedregosos, perfectamente drenados, al sol.

El género Lavandula pertenece a la familia de las lamiáceas. Este híbrido se obtiene por el cruce de L. angustifolia y L. latifolia. Estas dos especies se encuentran en estado silvestre en el mismo entorno de montaña media, y se cruzan naturalmente. Han dado lugar a numerosos cultivares, todos fáciles de instalar en el jardín, tolerantes al calcáreo. El híbrido 'Dutch' forma un gran cojín redondo, de vegetación vigorosa, alcanzando 1 m en floración, 60 cm para el follaje, y un diámetro de 80 cm. Sus hojas persistentes, más anchas que las de la lavanda verdadera, permanecen muy grises incluso en un clima húmedo. Son aún más plateadas cuando el suelo es seco y el clima cálido. En cambio, en clima fresco, lo que la planta gana en follaje y robustez, lo pierde en intensidad de color y perfume. Esta variedad es la que presenta la floración más larga, aunque es un poco decepcionante porque nunca es muy abundante. Largos tallos delgados emergen de la bola masiva del follaje, llevando finas espigas malva claro, muy melíferas.

Las utilidades de los lavandines son numerosas y variadas. En la naturaleza, estas plantas siempre viven en ambientes pobres, pedregosos, secos, perfectamente drenados. En nuestro caso, es imperativo ofrecer a estos subarbustos de follaje persistente, la ladera más soleada posible, en un suelo pobre, muy pedregoso, incluso calcáreo y muy bien drenado en invierno. Es natural encontrarles su lugar en la rocalla junto a cistus, heliantos, artemisas y salvias. Se pueden crear macizos en grandes taludes drenados, plantando diferentes variedades de lavandas, cuyos volúmenes, floraciones y follajes crearán tantas ondulaciones. Se pueden mezclar vivaces de terreno seco con floraciones vivas o suaves que puntúen el paisaje: Linaria 'Canon Went', Salvia jamensis, gaillardias y Hesperaloe parviflora con sus espigas rojas añadiendo Convolvulus althaeoïdes, un campanita morada de Provenza que se extenderá por todas partes entre y dentro de los cojines sin sofocarlos. Un borde de lavandines será más bonito en lo alto de un muro, con aubrietes a sus pies por ejemplo.