Lysimachia vulgaris

La Lysimachia vulgaris, también conocida como Lisimaquia común o Chasse-Bosse, es una hermosa planta vivaz medicinal, tintórea y ornamental que se encuentra en zonas húmedas y abiertas de las regiones templadas de Eurasia. Su rizoma rastrero le permite colonizar rápidamente el terreno donde se encuentra a gusto. Desde finales de primavera hasta finales de verano, la planta forma una hermosa masa de vegetación muy ordenada, de un verde muy vivo, coronada por numerosas espigas de flores amarillas. Perfecta para formar rápidamente una buena cobertura del suelo, esta planta muy útil en terrenos frescos a pantanosos puede, sin embargo, resultar un poco demasiado expansiva en los alrededores de un cuerpo de agua.

La Lysimachia vulgaris pertenece a la familia de las Primuláceas. Originaria de regiones de baja altitud de Europa y Asia, se ha naturalizado abundantemente en América del Norte, donde es considerada invasiva en varios estados. Es una vigorosa vivaz rizomatosa y estolonífera, capaz de extenderse unos 4 a 5 m en todos los sentidos, como mínimo. Su vegetación aérea es caduca en invierno, emerge de la tierra en primavera y se seca al final de la temporada. De sus largos tallos subterráneos, aéreos o acuáticos emergen cada primavera nuevos tallos bien verticales, que alcanzan una altura promedio de 75 cm. Estos tallos llevan hojas grandes de color verde intenso ligeramente vellosas, de forma lanceolada, casi sin pecíolos. La floración ocurre de mayo a septiembre, dependiendo del clima. En el extremo de los tallos foliados se forman inflorescencias en forma piramidal, que llevan pequeños racimos de flores amarillo brillante. Cada flor, sostenida por un largo pedicelo, tiene una pequeña base tubular que se abre en 5 lóbulos y mide 2-3 cm de diámetro. Esta planta puede volverse francamente invasiva en suelos pesados y húmedos.

La Lisimaquia común prefiere una exposición soleada o semisombreada, especialmente en suelos arcillosos y con abundancia de agua, ligeramente ácidos a calcáreos. Será más fácil de contener y muy apreciada por su belleza en un macizo cuyo suelo se mantenga simplemente fresco durante todo el año. Se adapta especialmente bien a las orillas de grandes charcas naturales. En este uso, se puede asociar con plantas resistentes que no corran el riesgo de ser sofocadas: cola de caballo, lisimaquia salicaria común, junco, persicarias, reina de los prados, todas estas plantas formarán con ella una zona natural útil para la biodiversidad. 

La gran lisimaquia es conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades medicinales: sus hojas se usaban tradicionalmente para curar heridas y contusiones, lo que le valió el apodo de "Chasse-Bosse". Nuestros ancestros también le atribuían virtudes para combatir úlceras internas o externas, trastornos intestinales, entre otros... Las flores contienen un pigmento amarillo utilizado para teñir la lana.