Milenrama Summer Pastel - Achillea millefolium

Achillea millefolium Summer Pastel, también conocida como Milenrama, captura la luz del verano en sus ramos pastel. Es una planta vivaz vigorosa con una floración ligera, en corimbos de pequeño tamaño en una gama de colores suaves. De julio a septiembre, esta vivaz acompaña con entusiasmo las floraciones estivales y luego las estrellas azules de los ásteres. Exuberante y frugal, esta asidua de los pequeños jardines amurallados aporta un encanto desgastado a los macizos sin pretensiones. Fácil de cultivar en todas las regiones.

La Milenrama Summer Pastel es una vivaz estolonífera, que, desde la primavera, tiene un porte en matas erguidas. Pertenece a la familia de las Asteráceas. La planta alcanzará los 60 cm de altura en flor, 20 a 25 cm para el follaje. Se extiende sobre 30 cm y más. Las flores, presentes de julio a septiembre, son en realidad capítulos, con los floretes del disco central tubulares y amarillos, mientras que los floretes periféricos son ligulados, en tonos pastel que van del amarillo al melocotón y al rosa chicle. Estos capítulos, que aparecen en la cima de los tallos, forman corimbos en la parte superior aplanada o ligeramente abombada, de 7 cm de diámetro. Dan origen a frutos llamados aquenios. El tallo es estriado y velloso. El follaje ligero, muy plumoso, verde plateado mate, muy aromático incluso seco y finamente cortado en tiras. Forma un alto penacho ligero y abundante, caduco o semipersistente.

Exuberante y frugal, esta asidua de los pequeños jardines amurallados aporta un encanto desgastado a los macizos sin pretensiones. La Milenrama Summer Pastel se integrará bien en una rocalla, en lo alto de un murete, en bordillos o en un talud que contribuirá a fijar y proteger de la erosión. Esta planta estolonífera puede usarse como planta cubresuelos en grandes superficies. Permite prescindir del césped en zonas poco transitadas. Soporta la competencia radicular de los árboles, lo que la convierte en un buen cubresuelos también en los límites de los bosques. Al ser fácil de cultivar y resistir bien la sequía, es perfecta para vestir la base de los rosales arbustivos o para bordear un macizo al sol.

Según Plinio, naturalista romano del primer siglo d.C., su nombre proviene de Aquiles, héroe de la mitología griega, que la utilizó para curar heridas. Aquiles descubrió el poder cicatrizante de esta planta durante la guerra de Troya, al curar una herida siguiendo el consejo de Venus. De hecho, la planta tiene propiedades medicinales reconocidas: es hemostática, las hojas son cicatrizantes y las flores tienen una acción estimulante, tónica y en alta concentración, febrífuga.