Epipactis gigantea - Epipactis gigante

El Epipactis gigantea, también conocido como Anémona amarilla o Epipactis, es una gran orquídea terrestre muy resistente que ofrece tallos florales típicos de las orquídeas, combinando el marrón, el amarillo anaranjado y el rojo. Esta floración primaveral a estival muy original dura varias semanas. Tan hermosa en los macizos un poco húmedos como en las orillas de los puntos de agua, también se comporta muy bien en maceta. Aprecia los suelos frescos a húmedos, ligeros, ligeramente ácidos, la exposición al pleno sol o a la media sombra.

El Epipactis gigantea es una planta perteneciente a la familia de las orquidáceas. Esta especie botánica, llamada localmente Orquídea de arroyo, es originaria de los estados del oeste americano y del norte de México. En la naturaleza, crece en los bordes de los cursos de agua, en suelos húmicos permanentemente empapados a frescos. Es una planta vivaz con rizomas carnosos, que alcanza fácilmente los 70-80 cm de altura y 40 cm de ancho. Su vegetación, caduca, emerge del suelo en primavera y desaparece en otoño. Presenta de cuatro a doce hojas envainadas y lanceoladas de 5 a 15 cm de longitud, de las cuales emerge una inflorescencia terminal que muestra hasta 15 flores con un diámetro de 3.5 cm. Florecen de mayo-junio a julio. Cada flor tiene tres sépalos de color marrón claro o verdoso, con venas más oscuras, y dos pétalos de un marrón rojizo con venas púrpuras. El labelo tiene forma de copa con un protuberancia puntiaguda, de un marrón-rojizo más luminoso y claramente venoso, a menudo marcado de amarillo. La floración es seguida por la formación de una cápsula colgante de 2 o 3 cm de longitud que contiene miles de pequeñas semillas.

El Epipactis gigantea es una planta original, pero de aspecto natural, fácil de integrar en los macizos húmedos o en los bordes de los puntos de agua, en compañía de primaveras del Japón, de Euforbia palustris, o incluso de astilbes que aprecian los mismos ambientes. Se cultiva bien en maceta, sin protección particular.

¡Cuando reciba sus orquídeas, manéjelas con cuidado: estas plantas producen pocas raíces y son delicadas!