Peonia officinalis Alba Plena

La Paeonia officinalis Alba Plena es una de las variedades más antiguas directamente derivada de la peonía oficial. Aquella que solía llamarse la "peonía del campesino", la Paeonia officinalis Rubra Plena, surgiendo como de costumbre de un gran botón rojo, desplegándose lentamente en un curioso pompón rosado, un día apareció a plena luz del día y en plena floración en un desorden de pétalos blancos puros. Doble, globosa, de tamaño mediano, su flor delicadamente perfumada es una de las primeras en florecer, después de su madre roja doble y la forma salvaje simple. Esta robusta planta perenne de jardín presenta un follaje redondeado de un verde bastante claro que el otoño pinta de rojo, magnífico en composiciones florales al final de la temporada.

La Peonía oficial es originaria de Europa central y meridional. En Francia, esta planta está protegida, su recolección está prohibida y su incumplimiento es susceptible de sanción penal. Se encuentra principalmente en el sureste de nuestro país, donde se halla en la zona de colinas o montañas, creciendo en un suelo calizo, más bien seco, con tendencia arcillosa. Como todas las peonías, pertenece a la familia de las ranunculáceas (ahora peoniáceas). Existen varias subespecies y variedades de peonía oficial, incluida la forma Alba Plena, con flores dobles blancas puras.

'Alba Plena' es una planta herbácea perenne con rizomas carnosos, muy rústica. Su crecimiento es lento durante los primeros años, formando eventualmente un mata tupida de 60-70 cm en todas direcciones, que se extiende lentamente gracias a sus raíces carnosas. Sus tallos llevan hojas divididas en foliolos cortados en segmentos lanceolados con bordes enteros, poco puntiagudos en sus extremos. La lámina, ligeramente satinada, es de un verde bastante claro, gris y pubescente en el envés. La floración dura de 4 a 6 semanas, generalmente a principios de mayo según el clima. Las flores, solitarias, de 14 cm de ancho, aparecen en el extremo de los tallos, en forma de botones rojos o rosados. Al abrirse, son de color rosado, a menudo estriadas de rojo, y luego palidecen rápidamente hasta el blanco puro. Cada flor está compuesta por pétalos delgados, translúcidos y ligeramente arrugados, que parecen marmolados a lo largo. El peso de las flores curva los tallos, por lo que a menudo es necesario entutorarlos. Cabe destacar que esta peonía suele ser estéril y que su longevidad es excelente, a veces superando la duración de una vida humana.

Las peonías son una de esas plantas que constituyen la base de un jardín. Antaño, no hace tanto tiempo, cada jardín, desde el más modesto hasta el más elaborado, exhibía en primavera, con orgullo,  matas cubiertas de flores perfumadas que encontraban su camino hasta la casa, acompañando en cada ramo al lila morado y a las campanillas azules. La peonía Alba Plena, increíblemente resistente una vez establecida, pero llena de encanto y suavidad, merece estar presente en cada jardín de flores. Se instala en grandes bordillos, a pleno sol para florecer generosamente. Sin embargo, evite las exposiciones al poniente en climas cálidos. Un mata de Paeonia officinalis Alba Plena en plena floración forma un bonito degradado de rojo, rosa y blanco. Se puede asociar con una amplia gama de plantas perennes atemporales y sin pretensiones como aquileas, campanillas, digitales, lirios azules, claveles, margaritas grandes o rosas de Navidad.  Únicamente no se recomienda el cultivo en macetas, ya que no se satisfarán sus necesidades. Con el tiempo, la peonía se vuelve majestuosa, se multiplica y florece cada vez más abundantemente.  ¡Haga un hermoso regalo a sus seres queridos: ¡regáleles una peonía!  

Propiedades:

La peonía oficial ya era apreciada en la Edad Media, donde figuraba en el jardín de las plantas medicinales. Se le atribuían propiedades antiepilépticas, antiespasmódicas y narcóticas a su raíz. La ciencia moderna ha demostrado la presencia de alcaloides específicos con fines terapéuticos en esta planta. Cabe destacar que las primeras variedades hortícolas creadas a finales del siglo XVI, como Alba Plena, todavía se cultivan en nuestros jardines.