Peonia peregrina

La Paeonia peregrina, a veces llamada peonía viajera, es una de las peonías botánicas más suntuosas de Europa central. Esta planta silvestre, rara en cultivo, ofrece una floración de un rojo deslumbrante. Elige finales de primavera, a veces principios de verano, para desplegar sus grandes flores visibles desde lejos, en copas simples, adornadas con prominentes estambres dorados. Una floración bastante tardía, sublimada por un follaje de un verde oscuro brillante, fuertemente recortado. Esta planta vivaz de origen montañoso se cultiva en suelo ordinario, drenado, bastante fresco, al sol o a media sombra.

La Peonía peregrina es una planta herbácea vivaz con rizomas carnosos, originaria de las montañas de Asia occidental (centro de Turquía) y del sur de Europa (Balcanes, Italia, sur de Rumania), donde crece en bosques claros, hasta 1500 m de altitud. Pertenece a la familia de las ranunculáceas o de las peoniáceas. Es una planta relativamente rústica, especialmente cuando está protegida por un manto de nieve. Su crecimiento es lento durante los primeros años, formando finalmente un macollamiento tupido de 40 a 50 cm en todos los sentidos. Sus tallos, pegajosos, llevan hojas recortadas en 15 a 17 folíolos de 5 a 12 cm de largo, de un verde brillante en el haz, mate y más azulado en el envés. Las flores, en forma de copa simple, aparecen en mayo-junio, en el extremo de los tallos. Miden de 7 a 10 cm de diámetro y están compuestas por pétalos brillantes como de raso, rojo intenso con reflejos magenta, rodeando un gran corazón de estambres amarillos. Esta floración es seguida por la formación de semillas negras, redondas y lisas, que germinan tras la acción del frío.

Las peonías son plantas que forman la base de un jardín. Antaño, no hace tanto tiempo, cada jardín, desde el más modesto hasta el más elaborado, exhibía en primavera, con orgullo, matas cubiertas de flores perfumadas que llegaban hasta la casa, acompañando en cada ramo al lila morado y a las campanillas azules. Brillante y salvaje, la peonía Peregrina se instala en macizos drenados, en rocallas frescas o en bordes de camino, asociada con vivaces atemporales como las aquilegias, las campanillas, las rosas trepadoras, los claveles o las rosas de Navidad. No se recomienda su cultivo en maceta, ya que sus necesidades no serán satisfechas. Con el tiempo, la peonía se vuelve majestuosa, se multiplica y florece cada vez más abundantemente.