Pulsatilla patens

La Pulsatilla patens, también conocida como anémona de pradera, es a menudo la primera planta en florecer después del invierno en las extensiones desoladas y muy frías de Siberia, del norte de Europa y en las Grandes Llanuras norteamericanas azotadas por el viento. Discreta pero elegante, esta pequeña vivaz ofrece desde los primeros días soleados campanitas luminosas de color lavanda con corazón dorado, que aparecen mientras sus hojas emergen justo del suelo. Más tarde, hasta el verano, sigue siendo decorativa por su vegetación completamente cubierta de sedas plateadas, adornada con una fructificación plumosa también interesante. Esta planta tan resistente teme sin embargo la competencia de sus vecinas: ofrézcale un lugar en una rocalla alpina soleada, una ladera pedregosa o un borde de grava.

La Anémona o Pulsatilla patens pertenece a la familia de las ranunculáceas. Es originaria de praderas y praderas subalpinas, de la tundra, así como de zonas rocosas y secas del norte de Europa, Siberia y Estados Unidos (desde Alaska hasta el sur de Washington, Nuevo México, Texas e Illinois). Resistente hasta -30°C, es una planta de suelo pedregoso, muy drenado y calcáreo, con un pH de 7 a 8. La Pulsatilla patens es el emblema de la región de Manitoba en Canadá y del estado de Dakota del Sur en EE. UU.

Se trata de una pequeña vivaz herbácea con raíz tuberosa de crecimiento medio, formando un mechón de 15 cm de altura por 25 cm de envergadura. Una planta particularmente vellosa: está cubierta de una pilosidad plateada notable que recubre las hojas, el tallo, el capullo y la cara externa de los pétalos. El capullo floral tiene la apariencia de una funda muy peluda de color verde grisáceo. Florece en flor simple, formando una copa que puede recordar a la flor del crocus. Cada una está compuesta por 6 pétalos estrellados, de color azul malva, dispuestos alrededor de un corazón amarillo oro lleno de estambres. Las flores se abren de marzo a mayo según el clima, en la cima de tallos peludos y purpúreos coronados por un pequeño collar de hojas finamente recortadas. Una vez que las flores se abren, el follaje plateado muy finamente recortado y muy vellosa emerge de la raíz. Después de la floración aparece una fructificación en forma de plumas gris plateado, evocando como la de algunas clemátides una pequeña peluca brillante que vendrá a embellecer y prolongar el interés de la planta.

La anémona de pradera prefiere claramente los inviernos fríos, los suelos pobres, pedregosos y calcáreos, y el sol. Plántela en un macizo elevado enriquecido con gravilla, en una rocalla, en una pendiente rocosa, o para bordear una escalera, en asociación con pequeñas gramíneas (stipa, festucas), sedums o narcisos botánicos que no le harán sombra ni ahogarán su raíz. Esta planta se abre solo al sol y se cierra al menor chubasco, oscilando al viento como una pequeña veleta esperando que pase el aguacero. Apreciará una exposición semisombreada por la tarde en nuestras regiones cálidas en verano.