Puya harmsii

El Puya harmsii  pertenece a un grupo de plantas vivaces suculentas, relacionadas con las piñas, que crecen en los brezales áridos y matorrales de la Cordillera de los Andes. Tan espectaculares como robustas y frugales, hasta ahora casi imposibles de encontrar en Europa, estas extrañas reinas de los Andes están abriéndose paso entre los coleccionistas de plantas exóticas que también saben ser pacientes. Este es uno de los más bellos: su roseta de hojas, que recuerda a la de un maguey casi blanco, es particularmente ornamental. En cuanto a su floración, si se hace esperar, es tan original como impresionante : del centro de la roseta brota un alto bohordo floral velloso en colores irreales, cargado de flores azul noche con brácteas rojas. En un clima adecuado, es una magnífica planta de rocalla o de talud árido. En otros lugares, se cultivará en una maceta grande para poder resguardarla del frío húmedo en invierno.

El Puya harmsii pertenece a la familia de las bromeliáceas. Es una planta xerófita, adaptada a suelos áridos y climas muy secos tanto en invierno como en verano. Es endémica de las montañas del noroeste de Argentina, donde se desarrolla en grandes colonias en un entorno hostil. Esta especie soporta heladas del orden de -6°C en un suelo muy bien drenado y tolera el calcáreo.

Este puya muestra un crecimiento lento, forma rosetas de hojas bastante densas, un poco rígidas, que pueden alcanzar una altura y envergadura de 80 cm a 1 m. La planta se extiende con el tiempo para formar grandes y anchas matas compuestas de múltiples rosetas. Las hojas son gruesas, bastante anchas, largas, afiladas en punta, coriáceas, de color gris claro plateado, y bordeadas de pequeñas espinas curvadas hacia el interior de la planta. Las rosetas maduras, de 6 a 7 años, florecen a finales de primavera, en junio.  De su centro emerge un bohordo floral cubierto de terciopelo rojo rosado que puede elevarse hasta 2 m del suelo. Lleva en su extremo una gran y amplia inflorescencia ramificada de forma ovalada donde se agrupan numerosas flores tubulares de color azul-negro irisado con estambres anaranjados enclavados en cálices de un rojo brillante. Estas flores son abiertas, y están bien adaptadas al pico de los pájaros nectarívoros nativos que vienen a libar el néctar asegurando así su polinización. La floración marca la muerte de la roseta, pero la planta asegura su perennización mediante la producción de rosetas hijas no lejos de su cepa.

El Puya harmsii exige ser plantado en un suelo bien drenado, arenoso o pedregoso, casi seco en invierno, y tolera bien los veranos calurosos y secos. No coloque esta planta espinosa cerca de un paso y mantenga alejados a los niños pequeños. En un clima mediterráneo, esta planta encuentra su lugar en una gran rocalla o en un macizo sobre grava. Para acompañarla en una rocalla de estilo árido, pero también en una terraza contemporánea, piense por ejemplo en los Magueyes, Dasylirions, Phormiums y Nolinas. Esta planta se cultiva sin dificultad en maceta, en un sustrato tipo tierra para cactus. A los primeros fríos, guárdela protegida de la humedad y el frío, manipulándola con precaución debido a sus espinas, en el invernadero templado o en la veranda no calefaccionada.

El Puya es llamado "planta come ovejas" por los angloparlantes. De hecho, su vegetación espinosa le permite defenderse contra la dentellada de los herbívoros en los brezales áridos donde pocas plantas logran mantenerse. Imaginemos una oveja con su lana que se acercaría demasiado al puya: correría el riesgo de quedar atrapada hasta su muerte, y serviría de alimento para la planta.