Salvia - Salvia discolor

La Salvia discolor, también conocida como Salvia-Cassis, o incluso salvia andina, es una encantadora vivaz peruana persistente, inusual, florífera y deliciosamente aromática. Cubre sus tallos y el reverso de sus hojas gruesas con pelos plateados, que seducen por su aroma goloso a grosella negra. Levanta espigas de flores azul índigo profundo, casi negras, en un cáliz verde jade con reflejos plateados. Moderadamente resistente, esta planta inusual crece rápidamente y florece durante un largo periodo. Solo necesita un suelo ligero y fértil, fresco pero bien drenado, en una exposición soleada o semisombreada para florecer. Se cultiva tanto en parterres como en macetas grandes.

La Salvia discolor, a veces llamada Salvia del Perú, o salvia bicolor, debido a su floración azul noche y plateada, muy contrastada. Esta vivaz pertenece a la familia de las lamiáceas o labiadas. Una pequeña estación de altitud en los Andes peruanos es la cuna de esta especie aromática rara. La planta forma rápidamente un hermoso macollamiento compuesto por tallos semileñosos que llevan grandes hojas ovales, verdes en el haz, cubiertas de un fieltro plateado en el envés. Alcanzará una altura de 50 a 60 cm, con un diámetro de unos 50 cm aproximadamente. Dependiendo del modo de cultivo, a veces se estira hasta más de 1 m de altura, como una pequeña trepadora. La floración, nectarífera y melífera, es particularmente larga; a veces comienza en mayo y se extiende hasta noviembre, dependiendo del clima. Las varas florales tienen forma de espigas erguidas. Son tallos de sección cuadrada, que llevan flores agrupadas de dos en dos, sorprendentes por el contraste de la corola casi negra rodeada en la base de un cáliz envainante verde plateado. Las flores están compuestas por dos labios muy alargados, de color índigo, una tonalidad que atrae y retiene verdaderamente la mirada en el jardín. El follaje, persistente, está formado por hojas largas de 12 cm, gruesas, con bordes crenados, aromáticas, un poco pegajosas, liberando con el calor un aceite esencial con un delicioso aroma que recuerda al de la grosella negra. Su rusticidad no supera los -10°C, en una situación protegida y en un suelo seco en invierno.

En la naturaleza, la Salvia-Cassis se desarrolla en suelos frescos, pero bien drenados, bajo un clima de tipo montañoso. En un rocalla fresca, por ejemplo, acompañará a pequeñas vivaces alpinas como las gencianas, los saxífragas, las campanillas de muros (la Campanula portenschlagiana), la Arenaria balearica o el sorprendente pequeño geranio vivaz de follaje negro, el Geranium sessiliflorum 'Nigricans'. Los gauras, los grandes sedums (Sedum 'Matrona'), las potentillas arbustivas también compondrán junto a ella un encantador cuadro. En la terraza, plántela en una maceta grande para poder guardarla en invierno protegida de las heladas fuertes.