Sedum kamtchaticum - Sedun

El Sedum kamtschaticum, también conocido como Sedun del Kamtschatka, es una pequeña planta tapizante vivaz, con hojas verdes dentadas que combinan perfectamente con su hermosa floración amarillo dorado. Sus pequeñas hojas suculentas son semi-persistentes. Cubren perfectamente todo tipo de suelos pobres y toleran fácilmente la sequía. Es una suculenta resistente, cuya floración melífera amarilla con corazón anaranjado alegra toda la temporada estival, gracias a sus colores vivos y a una miríada de pequeñas flores que se abren de junio a septiembre, bajo el ballet de los insectos que disfrutan de ellas. Rústica y fácil, esta suculenta aprecia los terrenos difíciles y tolera la sequía. Resistente y adaptable a cualquier tipo de suelo, incluso pobre y mediocre, se puede plantar en los bordillos de un camino seco, en una rocalla o para cubrir la tierra de una maceta y realzar una planta erguida.

Originaria del Kamtschatka, esta Sedun rusa es una vivaz robusta. Sus condiciones naturales son realmente duras: un suelo volcánico que proporciona poco sustrato a las plantas y temperaturas bastante extremas en verano e invierno. Por lo tanto, si su suelo no es rico, más bien seco, incluso pedregoso o algo calcáreo, puede adoptar esta vivaz resistente (resiste temperaturas inferiores a -15°C), que no requiere mantenimiento y promete animar el jardín con la visita de mariposas. Las Sedun son suculentas fáciles de cuidar y tienen flores y follajes de variados colores que se pueden combinar en numerosas paletas, ya sea en macizos, en macetas o en rocallas. Sin embargo, si tiene un sustrato rico, fresco y pesado, también puede plantarlas en los bordes de un macizo. Se aclimatarán sin problemas si se asegura de añadir grava y de colocarlas a pleno sol. Sobre todo, no deben sufrir exceso de humedad en invierno ni quedar cubiertas de hojas muertas, ya que podrían marchitarse.

La especie kamtschaticum se presenta en forma de un pequeño cojín aplanado de 10 cm de alto por 25 cm de envergadura, con tallos rastreros y laxos que se enderezan al final. Llevan pequeñas hojas oblanceoladas, coriáceas, con el extremo irregularmente dentado. Este follaje semi-persistente tiene tonalidades frescas de un verde intenso. Estas tonalidades varían, al igual que la mayoría de sus parientes del mismo género, según las condiciones climáticas y pueden incluso volverse rojizas. Su floración es encantadora y delicada. Sus inflorescencias en corimbos miniatura están formadas por múltiples flores amarillo dorado, en forma de estrella, que evolucionan con sutileza. El centro se oscurece y adquiere un cálido tono naranja.