Sempervivum arachnoideum Rubrum de arañas

El Sempervivum arachnoideum var. Rubrum es una bonita forma púrpura de la Siempreviva de la tela de araña,  una especie alpina que debe su nombre al fino velo de seda blanca extendido alrededor de pequeñas rosetas, como si estuvieran atrapadas en una tela de araña. Estas finas sedas brillantes, tejidas sobre las hojas triangulares teñidas de púrpura, acentúan aún más su aspecto geométrico. Un hermoso día de verano, como una agradable sorpresa, surge del corazón de las rosetas más antiguas un pequeño tallo floral con estrellas rosadas. Esta siempreviva es una pequeña planta suculenta ideal para zonas áridas y minerales. No exige más que un lugar despejado. Sin ningún mantenimiento, sobrevive milagrosamente casi sin suelo, en un entorno seco, pobre, silíceo o calcáreo, y se contenta con el agua del cielo, aunque sea escasa.

De la familia de las Crassulaceae, esta siempreviva de la tela de araña es la prueba de que un suelo pobre y una decoración mineral también pueden acoger especímenes bonitos con colores vivos. Originaria y extendida por todas nuestras montañas francesas, desde los Alpes hasta los Pirineos, este Sempervivum bastante variable en su aspecto vive en las rocas o en los pedregales, dispersando sus finas semillas en las grietas y aferrándose en las mínimas fisuras para formar lentamente pequeñas colonias de rosetas de tamaños diferentes, yuxtapuestas, que no superan los 8 cm de altura. Con el tiempo, podrá formar a través de sus tallos estoloníferos un tapiz que se extiende hasta 60 cm en el suelo, adaptándose perfectamente al relieve. Parecidas a pequeñas alcachofas de 1,5 cm a 3 cm de diámetro, cada roseta está compuesta por numerosas hojas carnosas, puntiagudas, sin pecíolos, unidas entre sí por un tejido sedoso, más o menos denso. Los hilos blancos, tensados entre las hojas, brillan al sol. Su color púrpura se intensifica al sol o bajo el efecto del frío. Las raíces de esta vivaz son gruesas y largas; se infiltran profundamente en las grietas de las rocas, asegurando así una buena fijación en las paredes mientras van a buscar agua en profundidad. La floración aparece en las rosetas de 2 o 3 años, que luego desaparecerán, no sin haber asegurado su perpetuidad mediante la producción de varias pequeñas rosetas en la periferia. Los tallos florales se desarrollan en verano, formados por tallos gruesos que llevan de 1 a 5 flores con 8-10 pétalos rosa claro alrededor de un centro verde.

El Sempervivum arachnoideum Rubrum es una bendición para los jardines donde la tierra escasea, allí donde pocas especies subsisten, colonizando los espacios abandonados. Si su terreno es pobre, más bien seco, pedregoso, rocoso, e incluso un poco calcáreo, podrá sin embargo disfrutar de esta vivaz rústica (que resiste temperaturas inferiores a -15ºC), que no requiere mantenimiento y promete animar cualquier montón de piedras, un muro o incluso un techo vegetalizado. Las siemprevivas son, de hecho, plantas suculentas extremadamente fáciles de cuidar, que ofrecen flores y follajes con tonalidades variadas que permiten componer sorprendentes decoraciones. Espléndidas por su grafismo en macetas, especialmente en macetas bajas de tipo 'terrazas japonesas', son insustituibles en los bordillos, los abrevaderos o las rocallas, en compañía de Sedum, flor de la esperanza (Saxifraga umbrosa), campanillas de los muros, o Lewisia cotyledon. Estas vivaces en miniatura despiertan rápidamente el deseo de multiplicarlas. Piense en elegir compañeros con floraciones desfasadas y follajes coloridos para una rocalla variada y alegre.