Thalictrum Anne

El Talictro 'Anne' es un maravilloso descendiente del excelente Talictro gigante 'Elin'. La planta lleva en verano, a más de 2 m de altura, su floración vaporosa y cambiante, donde cada diminuta flor evoluciona del rosa violáceo al blanco crema. Esta nube de flores, sostenida por tallos sólidos bellamente coloreados de púrpura, muestra una tonalidad llena de matices y medias tintas, tan inusual como encantadora. Aparte de la floración estival, 'Anne' exhibe un follaje recortado de gran delicadeza, magníficamente azulado en verano. En el jardín, este Talictro muy etéreo ocupa poco espacio en el suelo. Encontrará su lugar en la parte trasera de los macizos semisombreados, en suelo ordinario pero fresco.

El Talictro 'Anne' aparentemente es una siembra del Talictro híbrido 'Elin', que se pensaba estéril. Este último nació de un cruce entre el Talictro flavum var. glaucum y el T. rochebrunianum: posee una fuerte vegetación y una floración elegante. Todas estas plantas pertenecen a la familia de las Ranunculáceas.
El cultivar 'Anne' es una vivaz herbácea que posee un tocón robusto y muestra un porte erguido y erecto, en una mata tupida, de la que en verano se elevan tallos flexibles pero sólidos, de color púrpura, alcanzando o superando incluso una altura de 2 m. La planta ocupa solo 30 a 40 cm en el suelo. Los tallos violáceos están adornados con hojas muy finamente recortadas, inicialmente verde oscuro, tomando una hermosa tonalidad gris-azulada en verano. Las inflorescencias aparecen en julio-agosto, alcanzando hasta 2,50 metros! Son panículas bastante densas, adornadas con una multitud de diminutas flores que van progresivamente del rosa-lila intenso al blanco crema. Estas flores en forma de estrella están inclinadas y compuestas por cuatro pétalos que rodean estambres prominentes, dándoles un aspecto despeinado. Los Talictros, algo lentos para establecerse, serán cada vez más hermosos con el tiempo. Son muy resistentes pero no aprecian la competencia de raíces cercanas.

Sólido y adaptable, 'Anne' merece un lugar destacado, como ejemplar aislado o en el fondo de un macizo, en un jardín natural, poético y exuberante. Este coloso que tiene la cabeza en las nubes asegura la misma función ornamental que las Gipsófilas paniculadas, pero a diferencia de ellas, prefiere las zonas frescas y sombrías del jardín. Por su desarrollo, su follaje de encaje azulado y su floración evasiva, será perfecto para aportar altura y ligereza a los macizos. A pesar de su tamaño, su silueta transparente le permite ser colocado incluso en la parte delantera de los macizos para crear un efecto sorpresa. Quedará muy bien en contraste con vivaces menos ligeras (Rodgersia, Hosta), así como en el borde de macizos de arbustos. Encontrará naturalmente su lugar junto a Hortensias, Rosales arbustivos o trepadores, Fucsias, Anémonas del Japón, aconitos, astilbes, campanillas, digitales y muchas otras más. También es magnífico con gramíneas o ciertos arbustos gráficos como los saúcos o incluso los bambúes sagrados.